Situaciones dispares viven en este momento el corredor de Los Angeles Rams, Todd Hurley, y el receptor estrella de los Atlanta Falcons, Julio Jones.

En el día de ayer, Los Angeles Rams y Todd Gurley han alcanzado una extensión de contrato. El acuerdo es por cuatro años y 60 millones de dólares, con 45 millones garantizados. Este contrato es una cifra de récord en la posición de corredor en dos cuestiones. Una, en que supera el máximo promedio anual que anteriormente había ganado un corredor en su historia (15 millones por año contra los 14,3 de Adrian Peterson cuando en el 2011 firmó su acuerdo con los Vikings de siete años y 100 millones) y la segunda, con respecto al dinero garantizado. Sus 45 millones de dólares garantizados superan a los 36 millones para Peterson en ese mismo acuerdo y los 31.2 por lo que firmó el novato Saquon Barkley.

El contrato entrará en vigor después de la temporada 2019, cuando su contrato de novato llegue al final de su vigencia, por lo que Gurley estará en Los Angeles hasta el final de la temporada de 2023.

Esta noticia también fue destacada por Le'Veon Bell de los Pittsburgh Steelers, quien no ha llegado a un acuerdo con la organización y ha empleado la etiqueta de jugador franquicia en años consecutivos. Bell, quien obtendrá 14.5 millones de dólares por la campaña 2018, felicitó a Gurley y aprovechó para hacer referencia a sus demandas.

El acuerdo llega una semana después que los Rams otorgaron una extensión de contrato a Brandin Cooks por cinco años y 80 millones de dólares.

Tras ser el décimo seleccionado en el Draft del 2015, Gurley obtuvo el reconocimiento de novato del año tras conseguir 1,106 yardas y 10 anotaciones. En su segunda temporada sufrió ya que no consiguió ningún juego en el que llegara a las tres cifras y se estancó en 885 yardas totales y seis anotaciones. Tuvo un gran regreso en el primer año de McVay al frente del equipo con 1,305 yardas, 13 anotaciones y 64 recepciones para 788 yardas, además de otras seis anotaciones, lo que le valió para ser nombrado el Jugador Ofensivo del año en 2017. Asimismo, Hurley fue el principal factor por la cual los Rams terminaron una sequía de 13 años sin playoff.

El contrato se da antes de iniciar el campamento de pretemporada, por lo que el corredor se reportará sin un pendiente en la mente.

En la otra vereda se encuentra el receptor Julio Jones. El estelar receptor abierto de los Atlanta Falcons no se reportará al campo de entrenamiento que inicia el jueves, a menos que el equipo extienda su contrato. La semana pasada, Tom Pelissero, de NFL Network, informó que los Falcons no volverían a negociar con Jones hasta después de la temporada 2018.

Pero aparentemente Jones no quiere esperar hasta el próximo año. El actual contrato de Jones tiene aún tres campañas de vigencia. Su sueldo en 2018 será de 10.5 millones de dólares, pero su promedio anual de 14.2 millones de dólares está lejos del primer lugar entre los receptores mejor pagados en la NFL. Es más se encuentra en la octava posiciones entre los receptores mejores pagos de la NFL detrás de Antonio Brown (mejor pago con un promedio de 17 millones de dólares por campaña) , Mike Evans (su promedio por temporada llega a los 16.5 millones) , DeAndre Hopkins (16,2 millones por año), Sammy Watkins (16 millones), Jarvis Landry (15,1 millones  por campaña), AJ Green (15 millones) y Davante Adams (14.5 millones por temporada).

La postura de Jones puede ser algo extrema, pero sus números lo avalan. Desde que arribó a la NFL en 2011, Julio suma 585 recepciones, 9,054 yardas y 43 anotaciones. En la última temporada obtuvo 88 recepciones y 1.444 yardas, segundo en la liga detrás de Antonio Brown con 1.533 yardas.

En junio, Jones no asistió al minicamp obligatorio de los Falcons y de persistir esta situación tampoco lo haría el jueves. En caso de no presentarse al campo de entrenamiento Jones podría ser multado con 40,000 dólares diarios.

El último jugador de los Falcons que decidió ausentarse del campo de entrenamiento como medida de presión para obtener una extensión de contrato fue el también receptor Roddy White, en 2009.

White no reportó sino hasta el séptimo día, cuando los Falcons le dieron una extensión por seis años y 50 millones de dólares, con 18 millones garantizados.

Ya es toda una constancia que cuando los mejores jugadores de la NFL exigen un nuevo contrato multimillonario, y no se les da, no reportan hasta el inicio de la temporada regular.

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