Max Pacioretty va camino de Las Vegas, otra pieza clave del equipo que es traspasada en un cambio cuyas piezas a priori no darán rendimiento a corto plazo. Una operación que de puertas para afuera ha hecho que la popularidad de Marc Bergevin, gerente general del equipo se haya resentido, aunque este movimiento en particular y su gestión en general, cuenta con el apoyo expreso del propietario Geoff Molson.

¿Montreal está en reconstrucción?

Bergevin niega que los Montreal Canadiens estén en proceso de reconstrucción, en el torneo anual de golf del equipo expresó que para el, reconstrucción significa un partir de cero, y que cuenta con un Carey Price en portería y un Shea Weber en defensa por varios años, y eso para él representa una columna vertebral ya presente en el equipo.

Habla de objetivos a corto plazo para los Habs, pero en este último movimiento ha dejado salir a un jugador que hasta ahora ha asegurado un mínimo de treinta goles por temporada a cambio de un Nick Suzuki con todo por demostrar, un Tomas Tatar que no fue capaz de darle un plus a los Golden Knights en los pasados playoffs y una elección de segunda ronda de draft en 2019 que puede resultar o no. Para colmo debilita una posición como la de delantero centro que ya de por si está necesitada de refuerzo.

El traspaso de Pacioretty, otra decisión discutida de Bergevin Foto NHL.com
El traspaso de Pacioretty, otra decisión discutida de Bergevin Foto NHL.com

La razón para que se emitan señales tan confusas desde la gerencia, puede estar en la presión que recibe una franquicia como Montreal. En la ciudad y la región de Quebec, los tricolores son más que un equipo de hockey, una sala de trofeos repleta y un techo lleno de banderines de victoria no hace la carga más ligera, convierte la exigencia máxima en norma diaria y los aficionados no están dispuestos a conceder años sabáticos para reforzar al equipo y no quieren oír hablar de reconstrucciones ni de proyectos futuros. 

Una gestión discutida

Y es que ninguno de los últimos movimientos de la gerencia de Montreal escapa a la discusión, y uno tras otro ponen a Bergevin en el punto de mira de prensa y aficionados.

La adquisición de un jugador de tercera/cuarta línea como Andrew Shaw a cambio de un sobreprecio como fueron dos elecciones de segunda ronda de draft.

O una de las más polémicas como el intercambio de un idolatrado en Montreal, de hecho visita frecuentemente la ciudad, PK Subban entonces de 27 años por Shea Weber de 31, un jugador que se perdió 55 partidos la pasada temporada y que podría estar fuera hasta año nuevo en esta.

El intercambio de un defensa de mucho futuro como Mikhail Sergachev por un Jonathan Drouin que no ha solucionado los problemas con la posición de centro del equipo.

O dejar salir a Alex Galchenyuk hacia Arizona para traer a un Max Domi, lejos de la altura y del peso del delantero ruso.

Por si fuera poco al otro lado del río, en Toronto después de décadas de sequía, el gran rival de los Habs, los Maple Leafs apuntan a unas temporadas de buen juego y de candidatura a la Stanley Cup, lo que incrementa las urgencias y la presión sobre Bergevin. Lo que unido a dos ausencias en la postemporada en los últimos tres años han dejado su crédito muy cerca del agotamiento.

Una política que parece demasiado errática como para que de resultados, pero como siempre, será el hielo el que dará el aval o el rechazo a las decisiones tomadas en los despachos y dictaminará la supervivencia en el cargo del hasta ahora timonel de la franquicia.

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