El norte de la nacional tiene un líder inesperado: Chicago Bears. El equipo de Matt Nagy ocupa el primer lugar de su división con récord de 5-3, convirtiéndose en el puntero que nadie había imaginado antes del arranque de la temporada, con rivales como los Vikings y los Packers quedando relegados. 

En Chicago se permiten soñar con lo que ha demostrado su equipo ya a mediados de la temporada. A pesar de contar con buenas armas ofensivas, además de que Nagy en si es un entrenador en jefe de corte ofensivo, es la defensa quien se ha destacado en estos ya dos meses de competencia. 

Para empezar, ocupan la cuarta posición en puntos permitidos, con solo 19 por juego, además del sexto lugar en yardas totales (321.4 por partido). Esta defensiva solo ha permitido 17.5 primeros y diez por partido, y, sacando a los Browns, es el departamento que más turnovers le ha generado a los rivales con 21 (14 intercepciones, 7 fumbles recuperados). 

Para agregar, también es una de las defensas que más puntos pone en el marcador, con 4 touchdowns a lo largo del año.  

Este grupo de jugadores, liderados por el coordinador defensivo Vic Fangio, ha respondido y superado incluso las expectativas que había para con ellos. Está claro que el intercambio con los Raiders por Khalil Mack no solo les dio un líder, sino también una fuerza difícil de controlar en una línea defensiva que ya era de temer. 

La secundaria mejoró mucho con respecto al año pasado, y si bien la línea de LBs parece ser la que menos se destaca, han contribuido de buena manera tanto Danny Trevathan como Roquan Smith. 

Dicen que los ataques son los que te ayudan a ganar durante la temporada regular, y que las defensivas ganan campeonatos. Esta defensa de Chicago está al nivel de cualquiera de las unidades de elite que hemos visto en los últimos años, y si el ataque logra hacerles frente a las otras buenas defensas de la liga, estamos ante un equipo que puede causar más de un dolor de cabeza a la NFC en los playoffs.