Los Seahawks se impusieron 38-31 a su par de los Chiefs en el Sunday Night Football. Un partido donde se pudo ver la verdadera magia que los QBs de ambos equipo (tanto Russell Wilson como Patrick Mahomes) tienen y demuestran dentro del campo de juego.

Fue un encuentro cerrado, donde la defensiva y el prolífico juego terrestre del equipo de Carroll se impusieron por sobre el creativo ataque, pero desastrosa defensiva de los de Reid.

En el primer cuarto, Seattle tomaría la ventaja rápida con un costoso acarreo de Chris Carson, quien rompió dos tackles en la yarda uno para poder meterse dentro de la zona de anotación. Harrison Butker con un gol de campo de 54 yardas descontó para los Chiefs en ese primer período, donde se vieron algo perdidos ofensivamente. Sebastian Janikowski falló un field goal de 36 yardas durante este período, que terminó arriba para los Seahawks 7-3. 

Ya en el segundo cuarto, Damien Williams recibió un pase de Patrick Mahomes y la llevó dos yardas para poner en ventaja al equipo de Andy Reid. Williams se ha convertido en la principal arma por tierra de este equipo luego de la desvinculación de Kareem Hunt, además de demostrar que también es peligroso por aire. La ventaja no duró mucho, ya que los Seahawks provocaron un balón suelto en campo contrario y aprovecharon la buena posición de campo para pasar al frente con un pase de Russel Wilson a su ala cerrada Nick Vannett. Con un final dramático, donde Justin Coleman generó el segundo fumble de la noche (esta vez sacándosela de las manos a Chris Conley), Seattle se fue al descanso arriba 14-10. 

En la primera serie de la segunda mitad, un Janikowski lastimado en uno de sus tobillos conectó un gol de campo de 28 yardas para aumentar la diferencia a 7. Kansas City no tardó mucho en reaccionar, ya que Patrick Mahomes puso uno de esos pases que solo él puede hacer en la liga, atrapado por Charcandrick West para la anotación. Aunque la alegría no duró mucho para el equipo del estado de Missouri: Russell Wilson colocó una pelota aérea hermosa para que Doug Baldwin con una atrapada aún más espectacular anote y vuelva a poner al conjunto de Pete Carroll adelante en el partido. Fue la última gran jugada que tuvo ese tercer período, que volvió a ver a Seattle arriba 24 a 17. 

Para iniciar el último cuarto, la defensiva de los Seahawks logro detener a Patrick Mahomes y compañía en zona roja, y los Chiefs se tuvieron que conformar con un gol de campo de Harrison Butker para apenas descontar su desventaja. Seattle aprovechó esto y generó una buena marcha en ofensiva a través del campo, usando el ataque terrestre como su punto fuerte, en un drive que culminó con un pase de Russell Wilson a Ed Dickson en la zona de anotación. Este touchdown se puede criticar por un holding defensivo que no fue muy claro pero que renovó las oportunidades de gol del equipo de Pete Carroll. Si bien Kansas City respondió con un TD de Demarcus Robinson (donde Mahomes anotó la conversión de los dos puntos por vía terrestre), el acarreo de una yarda de Chris Carson para su segundo touchdown de la noche terminó de darle forma al resultado del partido. Los Chiefs no pudieron recuperar el ovoide en el onside kick tras el gol de campo de Butker tras la pausa de los dos minutos, y el partido culminó para el lado de los Seahawks con una victoria de 38 a 31. 

Debe preocupar en Kansas City lo mal que ha jugado la defensiva en este año, sobre todo en los partidos de horario estelar. Los Chiefs han perdido sus cuatro partidos del año en horario estelar, y no es necesariamente culpa de Mahomes y la ofensiva. El conjunto de Andy Reid promedia 37.5 anotados en estos juegos, pero el promedio de puntos permitidos es de 41, lo cual hace muy difícil para ellos ganar. Así y todo, probablemente este equipo termine con la primera siembra de la conferencia americana, teniendo en cuenta que cerrarán la temporada ante los Raiders en Arrowhead. 

Por el lado de los locales, este equipo de los Seahawks parece estar lejos de ser uno en reconstrucción, como ellos mismos se llamaron a principio de la temporada. Una de las defensas más rendidoras de la liga, combinado con un ataque terrestre que promedia más de 140 yardas por partido (mejor número en la NFL). Seattle confirmó su puesto en playoffs, y buscará culminar de la mejor manera el año en casa ante los disminuidos Cardinals.