Una vez más contra todo pronóstico, los Patriots supieron levantarse de las adversidades presentadas a lo largo de la temporada y se encaminaron a los playoffs, donde derrotaron a los Chargers, Chiefs y en la Super Bowl LIII a Los Angeles Rams 13-3, para proclamarse campeones una vez más de la NFL.

La edición LIII fue la menor cantidad de puntos registrados en este tipo de partidos con apenas 16, lo cual nos indica que el partido estuvo inclinado hacia las defensivas. Tal vez no fue el partido más lúcido y espectacular, pero la defensiva patriota dio cátedra de cómo se deben de hacer las cosas, haciendo valer aquel dicho que dice: “las ofensivas ganan partidos, pero las defensivas consiguen los campeonatos”.

Una sólida defensiva

Ocho despejes de forma consecutiva fue lo que provocó la defensiva de los Patriots en contra del ataque de los Rams, quienes implantaron una récord negativo que nadie quisiera ostentar.

Los Patriots frenaron el ataque terrestre de los Rams. Todd Gurley acarreó el ovoide 10 veces, pero apenas consiguió 35 yardas; mientras que CJ Anderson sólo lo hizo siete veces y ganó la módica cantidad de 22 yardas. Esto provocó que el peso de la ofensiva recayera en Jared Goff, sin embargo, la presión estuvo constantemente rodeándolo, provocando que completara 19 de 38 intentos, 229 yardas y sin conseguir anotación.

En la recta final del partido cuando Los Angeles intentaron acercarse en el marcador, Stephon Gilmore realizó la intercepción para calmar el ímpetu angelino y guiar a su equipo para la victoria.

A Jared Goff le pesó la falta de experiencia, pero sobre todo, no pudo manejar las cargas que le mando contantemente el ex coordinador defensivo Brian Flores, que ahora se convirtió en el nuevo head coach de los Miami Dolphins.

Julian Edelman fue el héroe

Con lo que respecta a la ofensiva, el jugador clave en terceras oportunidades y que dio pauta para mover las cadenas constantemente fue Julian Edelman, quien realizó 10 recepciones para 141 yardas, aunado a una corrida de ocho yardas.

En la serie en la que los Patriots pudieron lograr su único touchdown del juego, regresó la combinación entre Tom Brady y Rob Gronkowski para colocar a su equipo en la zona de gol que, Sony Michel capitalizó con el acarreo de dos yardas para adelantarse en el marcador.

No fue la tarde más brillante de Tom Brady, de hecho, el primer pase que lanzó fue interceptado, pero supo manejar el ambiente y el contexto a su favor para aprovechar las debilidades de la defensiva de los Rams y así, obtener su sexto trofeo Vince Lombardi.