Han pasado varios días desde la finalización del Súper Bowl LIII. Fue triunfo de los Patriots de New England sobre Los Ángeles Rams por 13-3. Un partido sumamente defensivo que se definió en el último cuarto para la franquicia de la ciudad de Boston.  Con esta victoria consiguieron su sexto título de la NFL alcanzando a los Steelers de Pittsburgh como el equipo más ganador de la historia. 

Ahora bien, con la adrenalina a valores normales, llego el momento de analizar exhaustivamente el desarrollo del cotejo, y el porqué del triunfo de los Patriotas.

Las defensivas dominaron el  cotejo

Tanto la defensivas de los Rams como la los Patriots dominaron a la ofensiva rival de una manera sorprendente. Que solamente se hayan realizado 16 puntos y una sola anotación (fue faltando siete minutos para que finalizara el encuentro cuando el cotejo estaba empatado en 3) es prueba de ello. Además de la escasez de puntos, la cantidad de despejes que hubo en el juego refleja la supremacía de las defensivas. El pateador de los Rams, Johnny Hekker entró al emparrillado 9 veces para despejar el balón, mientras que el pateador de New England, Ryan Allen lo hizo en 5 ocasiones.

Otro dato no menor es que las defensivas interceptaron la pelota  en 2 ocasiones (una para cada lado) y los mariscales de campo fueron capturados en 5 ocasiones (4 sacks de los Pats y 1 de los Rams)

Asimismo vale destacar la actuación de la secundaria de los Patriotas.  En este juego, Shephon Gilmore ratificó porque es uno de los mejores esquineros de la NFL. Su labor fue grandiosa y pudo haber sido elegido como el MVP del torneo. Marcó de gran manera al receptor abierto,  Brandin Cooks (el arma más importante en el juego aéreo carnero), elaboró 5 tacles, defendió 3 balones, forzó un fumble e interceptó una pelota en su propia yarda 3 faltando 4 minutos para el final del encuentro (en ese momento el cotejo estaba 10-3 a favor de los campeones)

Donta Hightower, bastión importante de la defensa patriota (foto New England Patriots)
Donta Hightower, bastión importante de la defensa patriota (foto New England Patriots)

Bill Belichick fue el MVP del Súper Bowl LIII

La realidad indica que el ganador del trofeo al jugador  más valioso del Supera Tazón fue el receptor abierto de los Patriots Julián Edelman. Pero la labor de entrenador en jefe, Bill Belichick fue sencillamente espectacular.  Dejar en 3 puntos a un equipo que promediaba más de 30 y que estos solamente realizasen 260 yardas totales  (su promedio superaba los 400 por juego) es más que suficiente para determinar que fue la gran figura de un Súper Bowl ultradefensivo.

El mejor entrenador de la historia de la NFL, sabía al dedillo todo lo que su equipo debía ejecutar para llevarse el sexto anillo de campeón. Planteo un sistema de juego perfecto. Este plan consistía en dominar el reloj del partido, atacar por tierra con los corredores Sony Michel y Rex Burkhead, y buscar a sus armas más importantes vía pase como son Julián Edelman y Rob Gronkowsky.

Bill Belichick festejando el Super Bowl LIII (foto New England Patriots)
Bill Belichick festejando el Super Bowl LIII (foto New England Patriots)

En materia defensiva desarrollo un esquema que consistía en presionar continuamente a Goff (sufrió 4 capturas y una intercepción) y sacar del juego al corredor estrella Todd Gurley (produjó 35 yardas en 10 acarreos)

A Sean McVay, entrenador en jefe de los Rams, pareció quedarle muy grande su primer Súper Bowl. En la temporada regular y los playoffs, sus ofensivas, siempre ejecutaban ataques muy creativos y vistosos que originaban muchos puntos (de ahí su promedio de más de 30 puntos). En este juego su sistema de juego fue previsible y monótono. Jamás ajusto según lo que la defensa le proponía y a la postre se vio reflejado en que los Rams no compusieron ninguna anotación y nunca estuvieron en zona roja. Otro detalle que destaca la poca lectura de Mcvay  fue  que en su mayoría de jugadas ofensivas utilizó una formación con un solo corredor, un ala cerrada y 3 receptores abiertos (esa formación se llama Personal 11). La franquicia de Boston, es la mejor de la NFL cubriendo en esta formación y por lo tanto controló fácilmente este ataque. Solamente en tres ocasiones cambio la formación donde puso un corredor, dos receptores y dos ala cerradas (se denomina Personal 12) y fue ahí cuando los Rams pudieron carburar un poco su juego.

La trinchera fue dominaba por New England

Una de las claves más importante del juego era dominar la línea de golpeo. Quien dominase esta faceta del juego era quien seguramente iba a levantar el trofeo Vince Lombardi. 

Y así fue, los Patriotas fueron avasallantes en este aspecto y fue una de las grandes razones por la cual se llevaron el partido. En el aspecto ofensivo, solo permitieron una embolsada y ocasionaron que sus corredores acarreen el balón para 154 yardas y una anotación. 

La línea defensiva fue una máquina, embolsó a Goff en 4 ocasiones. En este rubro se destacó el apoyador Donta Hightower  que obtuvo 2 de esas 4. Asimismo, en numerosas ocasiones presionaron al Goff y gracias a esta presión, muchos de sus lanzamientos fueron malos y apresurados. Además, secaron la corrida carnera (solo otorgaron 63 yardas terrestres en 18 corridas).

La experiencia prevaleció por sobre la juventud.

El mariscal de campo Tom Brady, el receptor Julián Edelman y ala cerrada Rob Gronkowsky demostraron que siguen vigentes y en la elite del deporte.

Si bien no fue uno de sus mejores partidos, no fue mala la actuación del longevo mariscal. Brady manejo los ataques según las necesidades que tenía el equipo y lo que le entregaba la defensiva coordinada por Wayne Phillips. Siempre encontró el matchup favorable y cuando llegó al momento de la definición, efectuó un hermoso pase a “Gronk” que lo dejo a dos yardas de la anotación (se efectivizó una jugada más tarde con la corrida del novato de la Universidad de Georgia, Sony Michel).

Edelman fue una pesadilla para los esquineros de los Rams. Intentaron defenderlo con Marcus Peter, Aqib Talib y Nickell Robey-Coleman y jamás pudieron encontrarle la vuelta.  Por esta razón, Brady no paraba de alimentarlo y así llegó a las 10 recepciones y 140 yardas, motivo por el cual, lo catapultaron  al galardón del jugador más valioso del juego.

Julian Edelman, MVP del Super Bowl LIII (foto New England Patriots)
Julian Edelman, MVP del Super Bowl LIII (foto New England Patriots)

Mucho se habló de que debido a las múltiples lesiones, el Súper Bowls LIII podría ser el último partido de Gronkowsky en la NFL. Si este fue su último juego, que gran manera de cerrar su carrera. Atrapó 6 balones para 87 yardas. Una de estas recepciones, fue una atrapada de 29 yardas con tres defensivos marcándolo.  

El joven mariscal de campo de Los Ángeles, Jared Goff protagonizó un mal encuentro. Sus nervios e inexperiencia le jugaron una mala pasada. Sus lanzamientos en este juego fueron muy imprecisos (especialmente el que fue interceptado), solamente completo el 50% de sus pases.  Sus decisiones también fueron erróneas y muy tardías. Nunca se sintió cómodo en el partido y se notó.

El corredor de 24 años Todd Gurley tampoco pudo establecerse dentro del campo y sus corridas fueron muy inefectivas. En 10 acarreos solamente totalizó 35 yardas, y solamente en un acarreo rebasó las 10 yardas. Además, recibió un pase para 1 yarda negativa.  Igualmente, una las causas de esta mala actuación, fue que nunca se pudo recuperar al 100% de la lesión de la rodilla sufrida en la temporada regular.

Fue un partido poco vistoso, pero tácticamente fue muy rico y se pueden analizar muchísimas situaciones. Asimismo, en esta nota se puede demostrar que la victoria de los New England Patriots fue muy justa.