Los Dallas Cowboys finalizaron la temporada 2018 como campeones de la NFC Este y la expectativa es repetir la actuación en el próximo año y mejorar lo realizado en los playoff (no pudieron frenar las corridas de los Rams, y sucumbieron ante estos por 30-22 en ronda divisional)

Para que este ocurra, deberán mejorar en algunos sectores de la cancha, especialmente en ofensiva, ya que en algunas posiciones tienen muy poca rotación. En cuanto, a la defensiva, las necesidades son menores (fueron una de las mejores defensivas de la liga), pero para mantener este nivel es imprescindible que no se vayan jugadores importantes como lo es el pass rusher, Demarcus Lawrence.

La franquicia del dueño Jerry Jones, se mantuvo muy apagada durante los primeros días de la Agencia Libre, en vez de hacer movimientos dignos de noticias nacionales, el equipo se ha limitado a hacer movimientos dentro de casa y un par de contrataciones menores.

Los movimientos más importantes de los Vaqueros fueron etiquetar como jugador de franquicia al Defensive End, Demarcus Lawrence (con esta etiqueta, Dallas se aseguró a Lawrence por un año más y mientras que el sensacional jugador se aseguró de que cobrará más de 20 millones de dólares durante la temporada 2019) y la vuelta de Jason Witten al emparrillado (se había retirado la temporada anterior). El veterano ala cerrada firmó contrato por un año y cobrará 3.5 millones de dólares.  

Jason Witten volvio a la NFL (foto Dallas Cowboys)
Jason Witten volvio a la NFL (foto Dallas Cowboys)

 

 

 

 

 

 

 

 

Las bajas más significativas vinieron por el sector más débil de la franquicia, el ataque aéreo. El receptor de slot, Cole Beasley, se fue a los Bills de Buffalo, donde firmó un contrato por 2 años y 29 millones de dólares, mientras que el ala cerrada, Geof Swaim se fue a recibir pases de Nick Foles ya que firmó contrato con los Jaguars de Jacksonville.

Ahora la mayor preocupación de la fanaticada vaquera y en lo que mayor debe focalizarse el entrenador en jefe, Jason Garrett, es como tener un ataque aéreo decente a partir de estas bajas. La temporada 2018 terminaron en la posición 20 en este rubro. La situación pudo haber sido peor, pero con la adquisición del receptor ex Raider, Amari Cooper a mediados del año, los Cowboys mejoraron muchísimo en este aspecto.

El tándem Prescott-Cooper demostró tener una excelente química. En solo 9 partidos alcanzaron las 725 yardas en 53 recepciones y 6 anotaciones. En el 2019, sea esta una temporada completa, se espera que este dúo le dé muchísimas más alegrías a fanaticada de Dallas. Seguramente pasarán las 1400 yardas aéreas y las anotaciones se elevaran a dos dígitos. Con la ida de Beasley, Dallas pierde el receptor número 2 de la franquicia y quien realizaba las rutas internas (también llamadas de slot). Quien deberá compensar esta salida, es el receptor de segundo año, Michael Gallup. Si bien tuvo un comienzo de temporada muy dubitativo (2018), en el final de la temporada y en playoff demostró el porqué de su selección. En el año que se viene posiblemente, Prescott lo buscará en más ocasiones a este joven y prometedor receptor. Este jugador podría ser el arma que eleve el juego por aire a los Cowboys.

La vuelta de Jason Witten a la franquicia trae más dudas que certezas. Si bien se sabe todo lo que le puede rendir estando en plenitud física (manos muy seguras especialmente en zona de gol y excelente corredor de rutas internas y por detrás de los apoyadores), con un año de inactividad y con 36 años de edad, hay bastantes dudas sobre su capacidad atlética. Por esta razón, Dallas en la agencia libre adquirió al joven TE proveniente de los Rams de Angeles Rams, Codey McElroy.

Asimismo, Jason Garrett y el staff de colaboradores confían que para el inicio de la próxima temporada, el receptor Allen Hurns se encuentre al 100% (recordemos que final la temporada regular 2018 se rompió el tobillo izquierdo)

Igualmente, hay que decir que no tienen más receptores de calidad en el roster y que necesitan más jugadores en esta posición para tener una buena rotacion. Las lesiones están a la vuelta de la esquina, y una lesión de esto jugadores puede provocar que el ataque aéreo sea nulo.

Con 24 millones en su cupo salarian podrían incorporar algún receptor de calidad de los que todavía quedan en la agencia libre. Se comenta que Kelvin Benjamin podría caer en la franquicia texana. Otro jugador que podría jerarquizar el grupo de receptores es Randall Cobb, quien en la actualidad es agente libre de Packers de Green Bay. Cobb, además tiene el agregado que puede suplantar a Cole Beasley en su función dentro del campo de juego, ya que en Green Bay era utilizado en esa posición.

Con respecto al ataque terrestre, prácticamente no deberían realizar ajustes significativos. Tener como corredor titular al Ezequiel Elliott es sinónimo de excelencia terrestre. Y si a eso, le agregas que hace varios años en la NFL, los Cowboys tienen una de las mejores líneas ofensivas de liga, las modificaciones a realizar son prácticamente pocas o nulas.

En esta temporada baja firmaron al corredor de fuerza Jamize Olawale a un contrato de tres años, pero esta renovación tiene que ver con que Olawale es una pieza importante en equipos especiales.

En materia defensiva, los dirigidos por el coordinador defensivo, Rod Marinelli, no tuvieron ninguna baja importante, por la tanto siguen teniendo todo el material necesario para continuar siendo una de las mejores de la liga (fue la 7 mejor de toda la NFL) Como escribimos anteriormente, lo más importante era retener a Demarcus Lawrece y fue  exactamente lo que realizaron. La única perdida que tienen los Cowboys en este aspecto defensivo no fue por porque algún jugador se fue a otra franquicia, sino por decisión de la NFL. El defensive end, Randy Gregory, fue suspendido nuevamente, estas vez de manera indefinida por la NFL, por haber consumido sustancias prohibidas (es la cuarta vez que es suspendido por este motivo desde que fue seleccionado por Dallas en 2015). Para reemplazar a este conflictivo linero, Dallas contrató por un año al DE Christian Covington, proveniente de Texans de Houston.

También reestructuraron el contrato del linebacker Sean Lee, ya que de pasar a cobrar 10 millones en el 2019, cobrará solo 3,5 millones. Está claro que esta negociación se dio porque las tareas de Lee dentro del emparrillado van ser disminuidas drásticamente debido a que el titular en esa posición será Leighton Vander Esch, quien realizó una estupenda temporada en 2018 y fue el líder tacleador de todo el equipo totalizando más de 100 tacles.

La única posición que deberían mejorar en defensiva es la de profundo especialmente por el lado de Jeff Heath. Este jugador es un safety promedio que golpea muy duro pero falla más de lo que acierta en sus lecturas y coberturas. De los profundos que quedan sin contratar, se encuentra el ex Cardinals, Tre Boston quien podría enriquecer la posición. Y si no contratan a nadie, seguramente seleccionarán a un jugador de esa posición en el Draft 2019.