Han tardado sí, pero los Capitals ya están metidos en los playoffs un año más. Y es que el equipo liderado por su estrella Alex Ovechkin, pasó ciertas dificultades a principio de temporada, pero poco a poco el equipo ha sabido ponerse las pilas hasta esta fecha, en la que a falta de cuatro partidos para el final de la liga regular, son líderes de la división Metropolitan y lucharán por retener el título del año pasado.

El partido contra Carolina era a vida o muerte para los de casa, ya que aún están metidos en la lucha por entrar en las eliminatorias. Sin embargo, los Capitals supieron sufrir y se llevaron una gran victoria remontando en el último cuarto para acabar 3-2. Esta derrota condena a los Hurricanes a jugarse "la vida" en estos cuatro partidos que restan.

Números similares a la pasada temporada

Los Washington Capitals van a terminar la temporada regular con unos números que, comparándolos con los de la pasada temporada, son muy parecidos. El equipo entrenado este año por Todd Reirden, lleva a falta de cuatro por disputarse: 54 partidos ganados y 24 perdidos, 267 goles a favor y 237 en contra. El año pasado al final de la temporada regular, el equipo sumó 56 victorias y 26 derrotas, con 259 goles a favor y 239 en contra.

A pesar de ser unos muy buenos números, ha sido el sexto equipo en toda la NHL en clasificarse de forma matemática antes del final, eso quiere decir que este año hay muy buenas plantillas y la competencia que tendrán para que la Stanley se quede en Washington, va a ser muy dura.

Alex Ovechkin, determinante

No es novedad que año tras año Ovechkin sea de los mejores, ya no sólo de su equipo, sino de la liga entera. Este año lo está volviendo a hacer con unos números impresionantes. Además también este año logró una marca histórica, al ser el jugador ruso con más goles marcados en toda la historia de la NHL, superando al mítico Sergei Fedorov.

Lleva 49 goles esta temporada y 86 puntos. No hay duda que si los Capitals son uno de los favoritos a llevarse otra vez el título este año, la culpa de ello no es de otro que de Alex Ovechkin.