La historia del balonmano español continúa escribiéndose. Y es que nunca un libro tan extenso puede tener final. Muchos son los éxitos que faltan por sellarse con tinta. A la vez que varias son las derrotas que aún no están impresas. Y, entre capítulos y entradillas, la larga historia de la Copa del Rey incluyó a un nuevo protagonista.

Con el Pitiu Rochel como espectador de lujo, el Liberbank Ciudad Encantada de Cuenca entró de lleno en las arcas históricas de la Copa del Rey al clasificarse, por primera vez en su historia, a la final del torneo. Y lo hizo demostrando que, de entre los equipos mortales del balonmano español, ellos son los que en mejor forma están. Justo todo lo contrario que Fraikin Granollers. Los catalanes no pudieron ante el asedio conquense y un Leonel Maciel pletórico bajo los tres palos.

Todos los datos de la primera semifinal

Y que no engañe el resultado final al lector. Pues los primeros instantes de partido fueron control total de los catalanes. Antonio García estrenó el marcador en la tarde de hoy. Aunque ahí quedaría la ofensiva del lateral en la primera parte. Dos tantos más de Gassama y dos de Sergio López para los conquenses fijaron el 2-3 en los primeros cinco de partido.

Y esa sería la máxima ventaja que tendrían los de Antonio Rama en el partido. Un parcial de 2-0 en los segundos cinco minutos de partido puso por delante a los manchegos por primera vez en el encuentro (4-3). Y más se iba a incrementar la ventaja con el paso del tiempo. Un acertado Sergio López en el extremo zurdo y un aún más Leonel en portería  pusieron el 11-6 en el electrónico.

Ni siquiera la doble exclusión de Lucas Moscariello y Thiago Ponciano, por parte de los conquenses, sirvió para que los catalanes disminuyeran la desventaja. Un parcial final de 6-4 mandó el encuentro a los vestuarios con el 17-10 en el marcador.

Diferente fue la salida tras el descanso para Fraikin Granollers. La entrada de Alejandro Márquez dio fuerzas a los suyos en ataque. Pero a Leo Maciel, en portería, no había quien lo bajara del estrellato. Tiempo muerto de Antonio Rama con el 21-13 en el marcador y reacción del equipo barcelonés.

Y es que la ventaja de ocho goles conseguida al inicio de la segunda mitad fue reducida a la mitad con un acertado Adrià Figueras y una pobre y nerviosa defensa conquense. Y más de iba a agravar ese nerviosismo. Una exclusión de Ángel Montoro y la resurrección de Antonio García mandaron pusieron los tres de ventaja a falta de cinco minutos (24-21).

Y a dos se pudieron poner los de Rama. Pero, nuevamente, una parada de Leo Maciel y un gol a la contra de Montoro colocaron los cuatro de ventaja en el electrónico (25-21) a falta de tres minutos para el final. Pero el guion ya estaba escrito. Y el primer finalista de la XLIV Copa del Rey decretado. Con una nueva parada de Leo Maciel, MVP del partido, la primera semifinal finalizó con el 26-22 en el marcador.