Cuando Arizona finalizó la temporada regular de 2018 con marca 3-13, la primera decisión importante que tomó fue la de despedir a su entrenador en jefe Steve Wilks.

La segunda, fue contratar a Kliff Kingsbury de la Universidad de Texas A&M y las medidas de fondo no tardaron en llegar. En la primera ronda del Draft 2019 y con el pick 1 en mano, el nuevo head coach seleccionó a su jugador fetiche, Kyler Murray, quien había sido reclutado para el equipo universitario que manejaba Kingsbury.

Esa decisión despejó toda clase de dudas respecto al futuro de Josh Rosen que el viernes después de la elección de Murray dejó de seguir la cuenta de Twitter de los Cardinals y en la tarde del sábado fue traspasado a los Dolphins de Miami.

Rosen fue, quizás injustamente, el blanco de todas las críticas en su primer año como mariscal titular de la franquicia. En 14 encuentros disputados (13 como titular) registró 217 pases completos de 393 intentos y sumó 2,278 yardas con 11 touchdowns y 14 intercepciones. Son estadísticas flojas para el nivel que exige la NFL, pero si se tiene en cuenta el contexto en el que se desarrolló Arizona durante toda la etapa regular y la poca experiencia del jugador, la crítica excesiva carece de sentido. Cardinals no tuvo en sus filas intérpretes de calidad que puedan respaldar a su joven pasador tanto en la ofensiva, para correr el balón o lanzar balones largos, ni en la defensiva que sangraba en cada avance de sus rivales. No se le puede pedir al veterano Larry Fitzgerald a sus 35 años que solucione todas las deficiencias de la plantilla.

Ahora la historia será distinta. Rosen llega a Miami que puso como prioridad principal reforzar la posición de quarterback. Es difícil imaginarlo como titular con la presencia de Ryan Fitzpatrick, sin embargo, el ex lanzador de Tampa Bay deberá justificar su contratación luego del flojo desempeño en Buccaneers que lo llevó a perder su puesto en manos de Jameis Winston.

Rosen tendrá el desafío de ganarse un lugar y borrar la pobre imagen que dejó en el campo de juego. El egresado de la Universidad de California tiene mucho por recorrer aunque ahora será fuera de Arizona en donde destacan el compromiso que tuvo con la institución en la temporada baja de entrenamientos a pesar de conocer su futuro. Muchos allegados a Cardinals afirman que el mariscal de campo era el primero en llegar y el último en irse.