Prácticamente no hay deporte que no esté sometido a la polémica por las decisiones arbitrales. Las personas que toman las decisiones, como seres humanos que son, están sometidos a la dictadura de la subjetividad y la imperfección de los sentidos. Para colmo, en el hockey sobre hielo, donde la enorme velocidad del juego y el intenso contacto físico permitido, la dificultad para cazar las infracciones se multiplica y esta temporada se ha visto que ni con la redundancia arbitral con dos principales y dos auxiliares en el hielo, basta para eliminar polémicas o salvar errores que pueden ser críticos de cara al resultado final del partido.

No hay que hacer mucha memoria para recordar cómo en el séptimo partido de la primera ronda entre Vegas Golden Knights y San Jose Sharks, una infracción grave pitada en una acción de Cody Eakin sobre Joe Pavelski, provocó una remontada que anuló la ventaja de tres a cero de la que disfrutaban los de Nevada. Más tarde, desde la liga, se comunicó a los Golden Knights que no fue la decisión correcta. O como en la final de la conferencia oeste, también San Jose, en el tercer partido, se llevó la victoria en la prórroga con un gol precedido con un pase con la mano que vio todo el mundo menos los cuatro árbitros sobre el hielo y que al comisionado Gary Bettman, en sus propias palabras, fue una jugada que no le hizo feliz.

Y si la polémica se diluyó, aunque fuera un poco, con el inicio del gran duelo de la NHL, la final por la Stanley Cup. En el quinto partido, la jugada precedente al gol decisivo de St. Louis en la que Tyler Bozak prácticamente atropella a Noel Acciari sin que los árbitros piten nada, ha vuelto a abrir la caja de los truenos respecto al arbitraje.

La liga toma nota

La cantidad y la calidad de los errores, han hecho imposible que los dirigentes de la liga miren hacia otro lado buscando que amaine la tormenta. Ya de manera casi inmediata, resuelta la competición de esta temporada, en la reunión de gerentes generales previa al Draft 2019 de Vancouver, se estudiará si se amplían los supuestos en los que los árbitros puedan recurrir al socorro de la revisión del vídeo, que hoy día solo se aplican en el caso de goles que se sospeche que provienen de una jugada en fuera de juego o de interferencia al portero.

El comisionado de la NHL, Gary Bettman, en declaraciones previas al primer partido de la final en Boston, dejó la puerta abierta a un aumento de los supuestos en los que las jugadas puedan ser revisadas, pero buscando siempre un equilibrio que no afecte a la velocidad y a la dinámica del juego.

Con los árbitros en la picota, aún encuentran defensores y además inesperados, como Brad Marchand, que aunque perjudicado en la decisión culminante del último partido, el mismo domingo declaró que había que deshacerse de las revisiones de vídeo: "Los árbitros están aquí para realizar su trabajo. Se empieza poco a poco y se les acaban arrebatando todas las decisiones, ¿hasta dónde se llegará en esta pérdida de decisión?"

El debate está sobre la mesa y en apenas dos semanas estarán las primeras conclusiones.