El pasado viernes la NHL anunciaba que no ejercería su derecho a reabrir el convenio colectivo (CBA por sus siglas en inglés). La liga tenía hasta el 1 de septiembre para notificar por escrito la solicitud de la renegociación del mismo. Esta revisión debería darse en el plazo de un año si se produjera ya que invocarla supone la terminación del convenio en septiembre de 2020. Así los propietarios apuestan por la paz laboral y un desarrollo pacífico de la competición al menos por tres temporadas más.

Gary Bettman, comisionado de la NHL, en un comunicado emitido también el mismo viernes, glosó los beneficios de seguir trabajando bajo este convenio mientras se mantienen conversaciones con un plazo más distendido para su mejora, y es que para el factótum de la liga, en cualquier acuerdo hay partes que no gustan a cada una de las partes y la NHL no es una excepción.

Ahora es el turno de la NHLPA

Esto no termina el asunto ya que ahora la pelota está en el tejado del sindicato de jugadores (NHLPA), que tiene de plazo hasta el 15 de septiembre para solicitar la revisión del convenio.

Donald Fehr, director ejecutivo de la NHLPA como buen negociador, guarda bien sus cartas en la mano, y a pesar de las declaraciones optimistas que vienen de la órbita de la NHL, no da por hecho que la paz laboral esté asegurada hasta 2022. Así Fehr no llamará al voto a los jugadores hasta prácticamente la finalización del plazo y a diferencia de la patronal reduce el optimismo sobre las negociaciones con la excusa de que todavía es demasiado pronto para prever su desarrollo.

Aún así el ambiente general es que tampoco el sindicato de jugadores optará por la resolución del contrato a corto plazo, y es que el número de asuntos que tienen guardados en la cartera los representantes de los jugadores no es corta ni sencilla, la retención de sueldos a cuenta de los beneficios de la liga, la participación en los juegos olímpicos o la Copa del Mundo de 2021, aún habiendo otros asuntos pendientes, ya son de por sí un bocado bastante grande como para que se resuelvan en un solo año de negociaciones.

Y es que la negociación de este CBA no es una cuestión baladí, rige no solo los aspectos económicos de la liga, como el reparto de beneficios, los sueldos de los jugadores o el límite salarial, si no también cuestiones disciplinarias o de dopaje, y la falta de acuerdo trae duras consecuencias como fue el cierre patronal con la consiguiente pérdida total de la temporada en 2004-2005 y la pérdida de 34 partidos en la temporada 2012-13, y esas son situaciones que ninguna de las partes quiere volver a vivir.