Dan Girardi no estará más en la NHL, el propio jugador hacía este pasado viernes el anuncio de que su carrera profesional llega a su fin y que cuelga los patines.

Un anuncio en el que hacía mención a todos aquellos que habían contribuido a que el sueño de aquel niño, como el de otros muchos niños canadienses, de jugar y luchar por la Stanley Cup se hiciera realidad; familia, entrenadores, compañeros. Por supuesto, entre todas ellas, una muy especial para los New York Rangers, el equipo que sin pasar por el draft, lo fichó en 2005, y en donde transcurrió la mayor parte de su carrera profesional. También rd donde estuvo más cerca de alcanzar el santo grial del hockey al disputar la final del año 2014 en la que los Rangers cedieron ante Los Angeles Kings.

También agradecimiento para el equipo que ha representado la última etapa de su paso por la liga, Tampa Bay Lightning, y que a pesar del fiasco sufrido en playoffs este 2019, le ha dado la oportunidad de competir al máximo nivel y por los máximos objetivos hasta el final.

Han sido 13 temporadas, en las que ha jugado 927 partidos en los que ha sumado 264 puntos (56 goles, 208 asistencias), y en las 12 temporadas que ha alcanzado la postemporada de sus 13 jugadas, ha participado en 143 partidos con 36 puntos (ocho goles y 28 asistencias).

Pero entre todos sus números, uno destaca por ser un récord de la NHL, los 1.954 disparos que ha bloqueado en toda su carrera profesional. Así que no es de extrañar que una de las loas más elogiosas y agradecidas, haya sido la del hombre al que ha protegido de los discos con su propio cuerpo durante 11 temporadas, Henrik Lundqvist: "Es uno de los mejores compañeros que he tenido", declaraba King Henrik: "Hemos tenido mucho éxito juntos por nuestra forma de competir, quiero desearle todo lo mejor."

"G", como es llamado cariñosamente por todos aquellos que lo han encontrado en su paso por la NHL, no ha podido despedirse con el gran trofeo en su vitrina, pero sin duda se lleva uno tan difícil o más de ganar, y es el respeto, admiración y cariño de las organizaciones en las que ha jugado, de los compañeros con los que ha compartido vestuario, y de los aficionados al hockey que le han visto darlo todo en el hielo.