La carrera profesional de Carl Soderberg ha sido una montaña rusa. Las lesiones, sobre todo en sus primeros años en el deporte, parecía que podían lastrar su seguir escalando peldaños en el mundo del hockey, que terminó por pasar a un segundo plano durante un buen periodo de tiempo.

El peor momento de su vida llegó en 2006, mientras disputada la Swedish Elite League. Un rival le golpeó con el stick en un ojo, lo que le provocó un desprendimiento de retina y le llevó a estar más de tres meses en el hospital. Para no perder la visión total tuvo que ser sometido a diez operaciones. A día de hoy es considerado ciego de forma legal, es decir, si un objeto está a 200 pies de distancia, la persona tendrá que acercarse 20 pies para poder verlo. Una persona con buena visión no precisaría de ello. Se calcula que alrededor de un millón de ciudadanos lo sufren en Estados Unidos.

Los primeros pasos de este jugador sueco fueron en la liga juvenil local, en los Malmö Redhawks. Después de tres años en las categorías inferiores, en 2005 dio el salto a la primera división del país con el mismo equipo que le había brindado la oportunidad de iniciarse en el hockey. En 2011 inició una breve aventura de menos de dos años en los Linköpings HC, de donde dio el salto a la NHL. Los Boston Bruins fueron su primer destino, donde hasta el momento ha cosechado los mejores números (16 goles y 48 puntos). De Massachusetts voló a Colorado para jugar durante cuatro años con los Avalanche, franquicia que abandonó este pasado verano para recalar en el desierto y vestir la elástica de los Coyotes.

Arizona protagonizó uno de los principales traspasos del verano con la llegada de Phil Kessel aunque, tras dos meses de competición, no es una locura decir que Soderberg ha sido el principal baluarte del equipo hasta el momento. Velocidad y habilidad. Puro talento. En 29 partidos ha sumado ocho goles y 15 puntos, lo que le sitúa quinto en las estadísticas de la franquicia. “Es un jugador que va a la portería, siempre está alrededor de ella. Está muy bien físicamente y tiene un gran cuerpo, está muy bien contar con él. Está haciendo un gran trabajo para nosotros”, señaló Rick Tocchet, entrenador de los Coyotes.

La poca visión que mantiene en su ojo izquierdo es un añadido al mérito que ya de por sí tiene todo el trabajo que está realizando a sus 34 años. “La presión en mi ojo fue muy alta durante meses. Me sentía mal, cogía dolores de cabeza frecuentemente, y estaba preocupado por sí podría volver a ver. Solo quería sentirme bien de nuevo. Tenía miedo de ser golpeado de nuevo en el ojo. Me llevó unos cuantos años volver a estar en plena forma. Hay que ser más consciente, tienes que escuchar a tus compañeros, mirar un poco más a tu alrededor”, explicó el propio Soderberg.

El trabajo del jugador europeo es una de las razones por las que Arizona se encuentra en uno de los mejores arranques de su historia: segundo de la división pacífica a un punto de los Oilers. Mañana volverán a la acción recibiendo a los Blackhawks en el United Center.