Ni en el mejor de mis sueños imaginé poder estar algún día en el KeyBank Center, era algo utópico, que veía desde una perspectiva lejana, y por supuesto me conformaba con animar a los Sabres desde España, cosa que evidentemente seguiré haciendo, aún con más empeño.

Ya había visto anteriormente a los Sabres en directo, la primera vez fue en el Madison Square Garden de Nueva York en el año 2014, era la primera vez que veía hockey en directo en toda mi vida, y aunque perdieron los Sabres de paliza, fue algo espectacular, inolvidable.

Mi segunda ocasión en la que disfruté de ver a los Sabres en directo, fue también en la ciudad de Nueva York, en el Winter Classic de 2018 en el campo de los Mets, equipo de béisbol, al aire libre y a menos 25 grados de sensación térmica. El partido fue contra los New York Rangers, y para más congelación el partido se decidió en la prórroga.

Mi primera vez en Buffalo, en el KeyBank Center

Antes de describir mi experiencia en la “casa” de los Sabres, sí que me gustaría señalar que la ciudad de Buffalo no era como yo esperaba, nada que ver con la agitadísima Nueva York, ni tampoco por supuesto como Valencia, ciudad en la que resido. Buffalo es una ciudad que a las 5 de la tarde se apaga, no hay gente, es una ciudad vacía y no exagero.

Nuestro hotel estaba en pleno centro de la ciudad, y allí tampoco observabas movimiento, ni de trabajadores, ni de gente paseando, e incluso costaba mucho encontrar un sitio abierto para comer algo. Tanto mi novia como yo estábamos impactados, podíamos decir sin miedo a equivocarnos que nos encontrábamos en una ciudad de la llamada Ámerica profunda.

Pero todo eso pasó a anécdota cuando me encontré delante de la puerta del KeyBank Center, no me lo creía, estaba en la Alumni Plaza de Buffalo en el año del 50 aniversario de los Sabres, increíble, alucinante, un sueño hecho realidad.

Esa plaza además, es el lugar de celebración de todos los seguidores del equipo en las previas a los partidos o cuando ganan. Lugar también, que homenajea a todos los jugadores importantes en la historia de los Sabres, todos ellos tienen puesto su nombre en pequeñas placas de metal sobre las columnas que dan acceso a la entrada al estadio.

El partido desde dentro

Una vez dentro, no sabía dónde mirar, estaba abrumado. Lo primero que se ve es un gran hall, luego allí mismo están los puestos de control de entradas. Pero antes de pasar el control, a la parte derecha del hall también existe la opción de pasarse por la Sabres Store, la cual nos sorprendió por lo grande que es, no hace falta decir que me compré de todo, la ocasión lo merecía.

Luego de eso, y ya con las entradas en la mano, tuvimos algún problema logístico que casi nos impide el acceso, pero gracias al personal de seguridad de los Sabres que se portó muy bien, pudimos abordar nuestros asientos sin problema. Una vez sentados, la foto era impresionante, tenía delante de mis narices el hielo de los Sabres, iba a ver en directo, en el Keybank Center a mi equipo de hockey.

Todo el partido con la bandera de España cual capa de Superman, y con el jersey de los Sabres puesto, mucha gente se alegraba al verme con la bandera y de alguna forma sentían orgullo de que su equipo se conozca en otros países, y más en uno sin tradición de hockey hielo.

Finalmente,  el partido fue lo de menos, los Sabres perdieron 4-1 en un partido sin mucha historia y en el que Minnesota fue bastante superior. Por lo menos pude cantar un gol y es algo que deseaba con ganas, así que la derrota no emborrona ni mucho menos la experiencia vivida, que por supuesto pensamos repetir en un futuro no muy lejano. Todo un sueño cumplido.