El Wild Card Weekend de la NFL arrancó este sábado con un par de encuentros no aptos para cardíacos. El nivel demostrado por las franquicias de la Conferencia Americana fue totalmente digno de los playoffs, y era el turno de los equipos de la Nacional para demostrar que ellos no se quedarían atrás.

Para abrir los duelos de domingo, los Minnesota Vikings visitaban a unos New Orleans Saints que buscaban venganza por el Milagro de Minneapolis con el que fueron eliminados en la Ronda Divisional de la temporada 2017. Sin embargo, Mike Zimmer y sus pupilos no serían una presa fácil.

Los Vikings tendrían el primer turno a la ofensiva, pero éste terminó rápido gracias a un balón suelto de Adam Thielen que fue recuperado por Vonn Bell. La entrega de balón derivaría en un gol de campo de 29 yardas cortesía de Will Lutz para abrir el marcador.

El marcador se empataría en la siguiente posesión, gracias a un intento de 43 yardas que Dan Bailey convirtió sin problemas, poniendo las cosas en 3 - 3.

En su siguiente ofensiva, Sean Payton liberó a su arma secreta. Taysom Hill, fue una pesadilla para la defensa de Minnesota durante todo el partido, tanto por tierra como por aire. En el segundo cuarto, el mariscal de campo suplente conectó un pase de 50 yardas con Deonte Harris que abriría la puerta para un acarreo de touchdown por parte de Alvin Kamara, que le devolvía la ventaja a New Orleans.

Invasión Vikinga

Después de permitirle a Kamara entrar a las diagonales, los Purple People Eaters entraron en estado de gracia y dominaron el juego durante un lapso importante del partido.

Primero, una gran serie ofensiva comandada por Kirk Cousins terminó en un intento de 21 yardas que Bailey convirtió en su segundo gol de campo satisfactorio de la noche. Drew Brees intentó volver a extender la diferencia a favor de su equipo, pero su travesía se vio frustrada por una intercepción de Anthony Harris.

De nueva cuenta, los Vikings facturarían después de forzar una entrega de balón. Pisando la yarda cinco del campo enemigo, Cousins le entregó el ovoide a Dalvin Cook, quien entró a la zona prometida prácticamente sin ser tocado. Lutz tuvo la oportunidad de empatar la pizarra, pero su intento de 43 yardas se fue desviado por la derecha.

Así las cosas, Minnesota se iba al tiempo con ventaja de 13 - 10 y dejando muy buenas sensaciones en ambos costados del balón.

La mayor parte del tercer cuarto transcurrió sin modificaciones en el marcador, pero fue Cook quien rompió el cero en el periodo. Cuando quedaban poco más de tres minutos en el reloj, el corredor puso más puntos de por medio a través de un acarreo de menos de una yarda. Se empezaba a cocinar una verdadera sorpresa en Louisiana.

La resurreción de Brees

A pesar de que los Vikings lucían dominantes tanto a la ofensiva como a la defensiva, lo cierto es que no existe un equipo que pueda enfrentar a Drew Brees y pensar que el líder histórico en pases de anotación no encontrará la manera de hacer daño.

Ya en el últmo periodo, el experimentado quarterback lideró una magistral serie ofensiva de 85 yardas que culminó con una jugada brillante.

Estando al límite de la zona roja, los Saints alinearon a Taysom Hill como receptor abierto. El producto de la Universidad de Brigham Young corrió una ruta de bandera bien leída por Brees, quien completó el pase en la zona de anotación para reducir la diferencia a 20 - 17.

Pero el espectáculo de Hill todavía no terminaba. Con un acarreo directo, el mariscal de campo recorrió 28 yardas que metía a New Orleans a zona de puntos.

Parecía que el marcador podía empatarse o, incluso, sufrir una nueva voltereta, pero Brees cometió un error y, ante la presión, soltó el balón en retroceso. Jalyn Holmes no tuvo que hacer más que cubrir el ovoide para devolverle la posesión al equipo visitante.

La defensiva de los Saints tuvo que fajarse y forzar a Minnesota a despejar, por lo que el equipo de Sean Payton obtuvo una nueva oportunidad al ataque.

Brees y compañía hicieron lo necesario para mantenerse con vida en el encuentro. Una serie de pases de medio alcance fueron suficientes para llevar el balón a la 32 del campo contrario, dejando la posibilidad del empate en la pierna de Will Lutz.

Esta vez, el pateador no fallaría y, con un gol de campo de 40 yardas, mandaba el partido a tiempo extra con marcador de 20 - 20.

¿Cuestión de suerte?

El duelo entre Vikings y Saints fue el segundo de la Ronda de Comodines que tuvo que definirse en la prórroga. En esta ocasión, Minnesota fue quien ganó el lanzamiento de moneda y, como suele suceder en esta instancia, el equipo morado decidió recibir el balón.

No hubo regreso de despeje, por lo que, para ganar el partido sin darle una nueva oportunidad a alguien tan peligroso como Drew Brees, Cousins y su ofensiva debían recorrer 75 yardas.

La tarea se facilitó bastante en una sola jugada, pues, cerca de medio campo, el qurterback de los Vikings lanzó un pase profundo que conectó con Adam Thielen y le otorgó a los visitantes el primero y gol en la yarda dos.

Un tercio de jugadas más adelante, Cousins encontró a Kyle Rudolph en el rincón izquierdo de la zona de anotación. La recepción fue revisada por una posible interferencia de pase ofensiva, pero los oficiales no encontraron evidencia para invalidar el touchdown, por lo que Minnesota se llevó la victoria por marcador de 26 - 20.

Tras este final dramático, los Vikings consiguen posicionarse entre los cuatro mejores equipos de la Conferencia Nacional. Su siguiente partido, sin embargo, no será nada sencillo, pues tendrán que ir al Levi's Stadium para medirse ante los San Francisco 49ers en la Ronda Divisional el próximo sábado 11 de enero.