En la previa al encuentro había algunos interrogantes que figuraban como claves para tener en cuenta.

Uno de ellos era saber si Ravens podía limitar la contundencia que venía mostrando Derrick Henry en el ataque terrestre de Titans. Y el resultado explica que no fueron capaces, mientras que sus rivales lo potenciaron y hasta parecieron no tener otra alternativa en su ofensiva.

Otra de las claves estaba en como detener a Lamar Jackson, el más que probable MVP de la temporada. Y si bien sus números fueron buenos tanto por aire como por tierra, tuvo tres pérdidas de balón. Una de ellas con más responsabilidad en Mark Andrews, que fue la primera intercepción de las dos que tuvo (la tercera vino por un fumble). Quizás si ese primer intercambio no existía, y Ravens terminaba esa primera ofensiva con puntos, el partido hubiese sido distinto. Pero eso sería hablar con el diario del lunes.

Y algo que también explica el desarrollo y final del juego, es que hubo malas decisiones en los momentos importantes por parte de los locales. Los dirigidos por John Harbaugh llegaron en varias oportunidades a zonas de puntos, y terminaron sólo con 12 unidades. No tuvieron eficacia en 4tas oportunidades, algo que mostraron con mucha contundencia a lo largo de la campaña.

Titans fue justo ganador, se mostró sólido en todas sus líneas y se apoya en Henry como su arma más fructifera. Ahora tendrán que enfrentar a Chiefs, rival al que ya venció en la temporada regular. Pero esta vez con el premio de un pasaje a Miami para jugar la Superbowl.

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