La temporada 2019 de la NFL está llegando a su fin. Después de un muy emocionante calendario regular y unos playoffs llenos de sorpresas y partidazos, por fin nos encontramos en la semana de fiesta: la semana del Super Bowl LIV.

Para este gran juego, se espera un tremendo choque en ambos lados del ovoide, pues la dominante defensa de los 49ers estará frente a frente con el explosivo ataque de los Chiefs. Pero, más allá de reducir el juego a ofensiva vs defensiva, el equipo de Andy Reid cuenta con ciertas características de las que le puede sacar partido para llevarse el Trofeo Lombardi a casa.

Versatilidad aérea

Como ya nos tiene acostumbrados, Patrick Mahomes fue uno de los líderes de la NFL esta temporada en cuanto a mariscales de campo se refiere. A pesar de haberse perdido dos juegos debido a una lesión de rodilla, ‘MVPat’ lanzó para 4,031 yardas durante el calendario regular, lo que lo posiciona como el décimo mejor pasador de la liga en este rubro. Además, aun cuando Mahomes estuvo inactivo, su suplente, Matt Moore, tuvo un muy satisfactorio total de 659 yardas, labor suficiente para convertir a Kansas City en la quinta mejor ofensiva aérea del año.

Como si estos números no fueran bastante impresionantes, hay que destacar que el quarterback de los Chiefs no se casó con uno sólo de sus receptores, sino que repartió muy bien el balón. De hecho, el líder receptor de esta organización durante la temporada regular fue Travis Kelce, con un total de 1,229 yardas que lo posicionaron como el cuarto mejor receptor de la NFL, siendo el único ala cerrada dentro del top 10. A esto hay que sumarle que Kansas City fue el equipo que tuvo la quinta mayor cantidad de anotaciones por aire en toda la liga, con un total de 30.

Si el equipo de Missouri hace gala de su mejor juego aéreo en el Super Bowl, su versatilidad puede volver loca a la defensiva secundaria de San Francisco. Richard Sherman y compañía tendrán que estar bien atentos a todas las armas que Patrick Mahomes puede usar en su contra, pues sabemos que su arsenal no es para nada limitado.

Los equipos especiales

Durante la campaña regular, Harrison Butker fue el pateador que más puntos consiguió con sus piernas, ya sea mediante goles de campo o intentos de puntos extra, con un total de 147. Por supuesto, dicha cifra se nutre mucho de la gran ofensiva de los Chiefs, que lograba posicionar a sus equipos especiales en zona de puntos con mucha facilidad. Sin embargo, nadie puede dudar de la tremenda calidad del producto de Georgia Tech.

Además, una estadística a la que no se le puede dejar de prestar atención es la que nos dice que los equipos especiales Kansas tuvieron el quinto mejor promedio de yardas al regresar patadas de salida, con 25.1 por intento. En un partido en el que ambos conjuntos lucen tan completos, no podemos descartar que la posición en la que cada uno arranque sus series ofensivas puede ser el factor determinante en la pizarra final.

Después de todo, ¿cuántas veces hemos visto que los grandes enfrentamientos se definen gracias a los equipos especiales?

Protección del QB

Ya se ha hablado sobre la gran capacidad de Patrick Mahomes para mover a su ofensiva. No obstante, en el partido más importante de su carrera, el joven mariscal de campo se enfrentará a una máquina de capturar al quarterback del calibre de los 49ers, quienes consiguieron la quinta mayor cantidad de sacks en la temporada 2019 (48).

La defensiva frontal de San Francisco es muy buena, sí, pero existe una pieza en todos los equipos que es fundamental, aunque sus aciertos suelen pasar desapercibidos: la línea ofensiva. Y, en este campo, los Chiefs cuentan con uno de los mejores grupos de toda la NFL.

Durante la temporada regular, los linieros de Kansas City le dieron mucho tiempo tanto a Moore como a Mahomes para poder lanzar el ovoide. De hecho, los quarterbacks de los Chiefs fueron derribados únicamente en el 4.15% de sus jugadas por aire, lo que posicionó a la línea ofensiva del equipo de Andy Reid como la quinta más eficiente de la liga.

No sabemos si esto va a ser suficiente para detener a gente como Nick Bosa, DeForest Buckner o Solomon Thomas durante todo el partido, pero seguro que el mariscal de campo agradecerá cada segundo extra que le brinde su línea para poder desarrollar su juego.

Experiencia al mando

Es cierto que, en los últimos años, hemos visto a muchos entrenadores jóvenes llegar a lo más alto de la NFL. Sin embargo, en términos generales, la experiencia siempre ha salido a flote como un factor fundamental al momento de definir los grandes partidos.

El paso de Kyle Shanahan con los 49ers ha sido impresionante. Con 40 años de edad y sólo tres temporadas como head coach, el nacido en Minneapolis ha podido reconstruir a una franquicia que parecía hundida en la decadencia. No obstante, en el Super Bowl LIV, Shanahan tendrá que hacer frente a una carrera de coacheo de 37 años personificada en Andy Reid, quien ha trabajado como entrenador en jefe de manera ininterrumpida desde 1999.

La apreciación es muy subjetiva y no hay nada de ciencia exacta en ella, pero, al momento de enfrentar la presión de un Súper Domingo y preparar la estrategia para el juego más grande del año, la experiencia acumulada puede ser invaluable para que Andy Reid y sus Kansas City Chiefs levanten una vez más el Trofeo Vince Lombardi.