“¿Cómo dejas atrás la única vida que conoces? ¿Cómo te apartas de las pistas donde te has entrenado desde que eras una niña, del deporte que amas, que te ha regalado momentos inolvidables y por el que has derramado lágrimas, un deporte en el que has encontrado a tu familia, entre los que se encuentran los aficionados que te han seguido durante más de 28 años?” con estas palabras daba comienzo María Sharapova a la carta que publicaba el pasado 26 de febrero en Vanity Fair y Vogue para despedirse de sus fans y de su gran pasión, el tenis. 

Y es que sin saberlo, el pasado 21 de enero presenciamos el último partido de su carrera siendo la derrota en primera ronda del Australian Open ante Donna Vekic por 6-3, 6-4 el punto y final a su carrera pues tal como ha confirmado en la carta de despedida, la siberiana no tiene intención de realizar gira de despedida.

Una jovencísima María Sharapova empezaba con 7 años su periplo para alcanzar la cima del tenis al llegar a Estados Unidos con un solo objetivo: convertirse en la número 1 del tenis femenino. Tan solo 10 años más tarde, en 2004, su sueño se convertía en realidad al ganarle a Serena Williams por 6-1 6-4 en All England Club y conseguir su primer Grand Slam. Allí comenzaría una rivalidad deportiva que nos ha acompañado durante más de 15 años durante los cuales se han enfrentado en hasta 22 ocasiones de las cuales solo en 2 ha salido victoriosa la siberiana. En aquel 2004 María Sharapova acabaría imponiéndose una vez más ante la menor de las Williams por 4-6, 6-2, 6-4, coronándose como campeona de la WTA Finals.

La siberiana encontraría a su peor enemigo en la lesión de su hombro derecho que sufrió en 2008, dicho calvario le acompañaría hasta el final de su carrera. A pesar de ello, la lesión no le impediría levantar el trofeo de un Grand Slam hasta en dos ocasiones más (2012, 2014)  pero la confianza de la rusa iría mermando y ya no volvería a ser la misma. 

En 2016 llegaría el segundo bache de su carrera el positivo en el control de dopaje que se le realizó el 26 de enero en el Australian Open de 2016 y que le mantuvo alejada durante un tiempo de las pistas de juego. Tras ello, se puso en duda su carrera deportiva y muchas de las marcas que la patrocinaban le dieron la espalda además, la rusa no contaría con el apoyo de la mayoría de sus compañeras del circuito, siendo Eugenie Bouchard una de las más críticas con la siberiana quedando para el el recuerdo el enfrentamiento que se llevó a cabo en el Mutua Madrid Open de 2017 tras las duras palabras de la canadiense al referirse a Sharapova como “tramposa”. 

La que fuese número 1 del ránking femenino por más de 20 semanas deja el circuito femenino siendo la número 373 del ranking, posición que no hace honor a toda una carrera repleta de títulos pues en su palmarés quedarán los 36 torneos que ha conquistado desde que ganase su primer título en 2003 frente a Aniko Kapros en Tokio. 36 títulos que avalan toda una carrera repleta de éxitos, junto a los 31 títulos WTA encontramos sus 10 finales de Grand Slams disputadas, en 5 de las cuales salió victoriosa (Wimbledon, 2004 ante Serena Williams, US Open 2006 ante Justine Henin, Australian Open 2008 ante Ana Ivanovic, Roland Garros 2012-2014 ante Sara Errani y Simona Halep respectivamente) formando parte del selecto club junto a Steffi Graf y Serena Williams al ser una de las únicas jugadoras que tiene los 4 Grand Slams. También cuenta con la Copa Federación que levantó junto al equipo ruso en 2008 y la plata conseguida durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

La última vez que vimos brillar a Sharapova fue hace 3 años en Tianjin donde ganó a Aryna Sabalenka por 7-5, 7-6(8).

A sus 32 años Sharapova, convertida en una mujer de negocios con una fortuna estimada de 34 millones de euros y dueña de una empresa de dulces a la que llamó Sugarpova, afronta su nueva vida ilusionada “Podré elegir mi próximo capítulo, mi próxima montaña, todavía seguiré presionando. Todavía seguiré escalando. Todavía seguiré creciendo.”