La expansión de la infección por coronavirus ha podido dejar pausadas varias cosas, entre otras la competición en la NHL, pero no ha dejado fuera de juego a Peter Laviolette. Despedido por Nashville apenas comenzado el año 2020, tras cinco temporadas alcanzando la postemporada e incluyendo una final de la Stanley Cup, el deseo del entrenador estadounidense por volver a tomar el mando de una plantilla es más grande que nunca.

"Ahora mismo estoy centrado repasar aquello que he encontrado que me ha funcionado como entrenador y volver a ponerlo en práctica", declaró el pasado viernes a la página oficial de la liga. "No tengo equipo, no tengo jugadores, pero puedo pensar sobre lo que ocurrirá cuándo llegue a un equipo y pueda interactuar con los jugadores y la identidad del mismo y hacer un equipo y construir una organización."

La suspensión del Mundial de hockey dará más tiempo a Laviolette para reflexionar sus estrategias, ya que queda liberado de la que era su obligación más próxima, la de dirigir el equipo nacional estadounidense en dicho evento. Tiempo libre que no solo dedica al hockey si no que aprovecha en su aún residencia de Nashville para pasar tiempo en familia, cosa que en un mes de abril es rara para él, acostumbrado a la vorágine de los playoff de la NHL como rutina anual.

"El mundial me devolvió a ese funcionamiento mental en el que sigues y observas a los jugadores", comentó en las mismas declaraciones, pero justo cuándo empezaba el análisis más preciso de los jugadores llegó la noticia de la suspensión.

A día de hoy el tema que ocupa a plena dedicación a los despachos de la NHL es la reanudación de la liga, pero una vez que se consiga restablecer la normalidad o lo más parecido a ella, sin duda alguna el teléfono de Peter Laviolette o más probablemente el de su agente va a recibir muchas llamadas.

Y es que su reciente despido no mancha el hecho de que es uno de los cuatro entrenadores que ha llevado a tres equipos a las finales, todos los que ha entrenado menos su equipo de debut como entrenador jefe, los New York Islanders, su carácter temperamental y su gusto por el hockey intenso le hace conectar de inmediato con los aficionados y ya ha demostrado que sabe obtener resultados, si el COVID-19 lo permite, sin duda pronto tendremos noticias suyas.