Pocas veces en la historia del deporte un solo jugador es capaz de cambiar la historia de una franquicia, y aún menos frecuente es que este jugador lo consiga en más de una ocasión.

Esta es la gran hazaña que Mario Lemieux, el delantero nacido en Montreal, Canadá, en 1965 logró para los Pittsburgh Penguins desde su llegada al equipo en 1984. Hasta entonces la franquicia de Pensilvania había transitado sin pena ni gloria por la NHL. De hecho, en las últimas temporadas anteriores a la llegada de Lemieux el equipo pasaba por serios apuros económicos, incluso había rumores de traslado de la franquicia. Pero la temporada 1984-1985 lo cambió todo.

Lemieux, un regalo para los Pens 

La elección de este jugador en el draft hizo que la situación diera un vuelco radical, y este delantero de 1,93 m. y 91 kgs, consiguió realizar una aportación decisiva para que los Penguins fueran mejorando paulatinamente su juego y su posición en la tabla. Hasta que en la temporada 1988-89 lograron clasificarse para los playoffs por primera vez desde 1982, temporada en la que cayeron derrotados en la final de división.

Dos campañas después, en la 1990-91, lograron la primera Stanley cup de la historia de la franquicia, título que revalidarían en la siguiente temporada 1991-1992. En la temporada 1992-1993, los de Pensilvania iban lanzados hacia un nuevo título cuando Lemieux tuvo que luchar por derrotar a un adversario muy diferente, el cáncer. El 12 de enero de 1993, se le diagnosticó un linfoma maligno, lo que obligó al jugador a ausentarse para someterse al tratamiento. Finalmente consiguió derrotar a este duro adversario, aunque esta batalla por su salud forzó al delantero canadiense a retirarse momentáneamente.

Su vuelta tras superar el cancer levantó mucha expectación Mario Lemieux volvió a la competición en la temporada 1995-96, aunque su esperado regreso solo duró dos temporadas, ya que decidió abandonar la práctica del hockey en 1997. El ya exjugador, logró salvar a la franquicia de nuevo en septiembre de 1999, cuando la compró cuando estaba a punto de desaparecer por su mala situación financiera.

Siendo propietario de los Penguins, Lemieux decidió volver al hielo la temporada 2000-2001, esta segunda andadura duró seis temporadas y en esta etapa el delantero logró hacerse con el oro en los juegos olímpicos de Salt Lake City, formando parte del equipo de Canadá.

Para lograr todos estos éxitos colectivos, Mario Lemieux se sirvió de su gran talento y capacidad. Era un jugador fuerte y rápido, con gran disparo y una excelente visión de juego; gracias a esto logró superar los 100 puntos en diez temporadas, y es uno de los mayores goleadores y asistentes de la historia de la NHL.

Mario Lemieux recibió el trofeo Art Ross en seis ocasiones y el trofeo Hart Memorial en tres ocasiones. Entró en el Hall of Fame en 1997, y ha sido incluido en la lista de los 100 mejores jugadores de la NHL. Actualmente sigue siendo el propietario de los Pittsburgh Penguins; en esta etapa la franquicia ha logrado otras tres Stanley cups