La NHL tiene un plan para culminar la temporada 2019/20 interrumpida por el Covid-19, y los Arizona Coyotes tienen los suyos para afrontar su vuelta a los playoff, y esos planes incluyen la vuelta al protagonismo del jersey llamado kachina, por el logo así llamado al estar inspirado en los muñecos kachina, vehículo espiritual de los indios Pueblo que habitaron la región antes de la llegada de los europeos.

Ese jersey reemplazará al que hasta ahora se utilizaba como local con el esquema de colores actual de la franquicia, granate, negro y blanco, por el antiguo esquema negro, verde y granate, y por supuesto con el coyote basado en los antiguos habitantes del lugar. Esto ocurrirá solo en los partidos que el equipo tenga asignado como local, jugando como visitante vestirá sus colores y logo actuales.

La tradición es un pilar del hockey, incluso en una franquicia de una historia corta, si nos fijamos solo en su etapa en Arizona, y apelar a la historia en un momento tan decisivo como son los playoff, es un plus que pretenderán aprovechar para hacer valer una presencia en la postemporada que no se conocía desde 2010.

Vuelta por aclamación

Esta vuelta al primer plano del uniforme clásico no ha sido una estrategia desde arriba llegada desde los despachos del equipo, la afición demostró el apego a los colores tradicionales en los partidos que el equipo los ha vestido esta temporada, los jugados como locales los sábados noche.

Una identidad corporativa para la franquicia tras su traslado desde Winnipeg que no nació solo del talento del diseñador Greg Fisher, otras opiniones pesaron y mucho, la de los entonces dueños de la franquicia, Richard Burke y Steven Gluckstern, el propietario de los Phoenix Suns y del America West Arena, primera pista de los Coyotes, Jerry Colangelo y la propia NHL.

Según Fisher hubo un punto en que esas partes se mostraron firmes a la hora de evaluar los proyectos, nada de animales de apariencia feroz, y sin duda el acudir al folklore local fue una idea que permitió al diseñador conseguir un resultado feliz para su trabajo.

Un jersey icónico, que no deja indiferente y que como dijera Jeremy Roenick cuándo los Coyotes rescataron por primera vez esta prenda en 2015 tras el cambio de colores en 2003: "Es bonito de lo feo qué es."