Los Baltimore Ravens no quitaron el pie del acelerador y este domingo no tuvieron mayores complicaciones ante una endeble defensiva de los Houston Texans para derrotarlos 33 a 16.

Una vez más los campeones de la Conferencia Americana de la NFL dieron muestra de que se han mantenido en un gran nivel y serán un equipo que cause muchos dolores de cabeza.

El ataque terrestre es simplemente demoledor, Gus Edwards brilló con 10 acarreos y 73 yardas, aunque estuvo bien repartida la distribución de las corridas, pues Mark Ingram, el propio Lamar Jackson y J.K. Dobbins aportaron su granito de arena para superar, entre todos, las 200 yardas.

Las líneas de Houston, tanto la ofensiva como la defensiva, son un auténtico desastre, ya que en el ataque muchas veces Deshaun Watson tiene que salir de la bolsa de protección y, a este ritmo, superará las 40 capturas en la campaña. Esta noche permitió cuatro sacks.

Mientras que la defensiva no es capaz de parar el ataque terrestre, lo que facilita las jugadas de play action, sobre todo en un equipo como Baltimore que hizo daño con las 204 yardas aéreas de Lamar y una anotación.

Baltimore se fue al descanso con ventaja de 20-10 gracias al touchdown de Lamar a Patrick Ricard y a la devolución de L. J. Fort de 22 yardas tras un fumble.

En el tercer periodo aunque los de casa se acercaron a 10 puntos, Mark Ingram explotó el espacio dado por sus compañeros para ingresar hasta las diagonales, en acarreo de 30 yardas, sentenciando la victoria con poco más de 12 minutos.

Con este resultado, los Ravens se declararon más que listos para recibir a los Kansas City Chiefs, que este domingo exhibieron debilidades ante Los Ángeles Chargers.

Por su parte, los Texans tendrán que hacer ajustes sino quieren tener un partido de pesadilla cuando visiten la próxima semana a la férrea defensiva de los Pittsburgh Steelers.