El mundo del hockey sobre hielo americano lloró hace dos semanas la pérdida de uno de sus iconos fuera de las pistas: Travis Roy. Nacido en Augusta (Maine), estudió en la Universidad de Boston, donde a los 11 segundos de su primer partido chocó contra las tablas que rodean el hielo, con el fatal desenlace de terminar cuadripléjico, solo con movilidad del cuello hacia arriba. Falleció a los 45 años tras más de 25 soportando una situación inhumana y debido a problemas derivados de una operación reciente a la que se había tenido que someter.

Sin embargo, su mala fortuna no lo alejó del deporte ni de la Universidad, ya que siguió cursando hasta lograr el graduado. Creó una fundación para otorgar subvenciones a aquellas personas con lesiones en la médula espinal y también para su investigación. Además, en 1998 público su autobiografía, Eleven Seconds, en referencia al tiempo que estuvo sobre la pista aquella fatídica tarde.

“Su historia es el epítome de inspiración y valor, era un modelo y un héroe para mucha gente. El trabajo de Travis y su dedicación ayudando a algunos supervivientes con problemas de médula espinal es cuanto menos increíble. Su legado quedará para siempre, no solo en la comunidad de la Universidad de Boston, sino en todas las innumerables vidas a las que ha llegado a lo largo del país”, rezaba parte del comunicado escrito por la Universidad tras el fallecimiento.

En una de sus últimas entrevistas, Travis Roy hablaba de sus dos vidas. “Me gusta decir que mis primeros 20 años estuvieron llenos de pasión y los últimos 20 llenos de propósitos. Mi sueño sería tener las dos a la vez, pero soy un afortunado”, relataba sin ningún tipo de pena.

Además, muchas figuras de la NHL, y en especial de los Boston Bruins por la cercanía, mostraron su dolor y condolencias tras hacerse pública la noticia. “Roy fue el gran símbolo de la determinación y el valor”, afirmó Cam Neely, ex jugador de la franquicia. También se sumaron instituciones de otros deportes y jugadores de varias disciplinas, impactados desde hace 25 años con la lección de vida que diariamente daba Travis Roy.

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