La IIHF ha decidido dar un paso adelante y sustituir a Bielorrusia como uno de los países anfitriones del Mundial que organizan a final de temporada. En su lugar, la federación internacional ha decidido escoger a Moscú como la sede que acompañará a Letonia en el mundial de 2021.

El tema político en Bielorrusia, clave para esta decisión 

La situación en Bielorrusia es bastante crispante desde que el actual presidente Alexander Lukashenko proclamase su victoria de forma corrupta, y la candidata Svetlana Tikhanovskaya haya tenido que exiliarse ante el peligro que corría en Bielorrusia. 

Por el momento, miles de bielorrusos han salido a la calle para protestar por esto y han sucedido numerosos accidentes en los últimos días, por lo que la situación en Bielorrusia parece que no va a ir a mejor.

Durante los últimos meses, la IIHF había mostrado su carácter apolítico pero en los días previos a este anuncio, parece que ha pesado el mal ambiente que hay en Bielorrusia, a la que han llegado a considerar “la última dictadura en Europa”.

Pese a que Rusia tampoco es la panacea de la democracia, no existe ningún tipo de revueltas de ningún tipo en el país, lo que favorece su elección.

Letonia nunca ha sido considerado como posible candidato único 

La capacidad de los estadios de Letonia daban poca seguridad a la IIHF. La federación espera que entren aficionados al hielo, por lo que solo las pistas de Riga podrían cumplir con la función que pide la IIHF. 

Rusia cumple con todas las características para poder albergar este mundial especial, que aún está pendiente de confirmación a causa del COVID. 

Pese a que en Europa del Este se está permitiendo el acceso de aficionados a toda clase de eventos deportivos, la pandemia sigue avanzando de forma exponente, complicando cualquier precisión de futuro de cara a la organización de este Mundial de 2021.