La NHL en los últimos años se está caracterizando por ser bastante dura en las sanciones a jugadores por conductas antideportivas. En este punto hay que decir, que la acción que nos atañe siempre puede verse desde dos perspectivas muy distintas, la del agresor y la del agredido.

Transcurrían apenas cinco minutos del partido de liga entre los St. Louis Blues y los Colorado Avalenche, el marcador reflejaba empate a cero, y en una jugada aislada en la zona defensiva de Colorado, el delantero de 24 años Sammy Blais se cruza en la trayectoria del defensa Devon Toews, con el resultado de un fuerte impacto del hombro de Blais contra la cabeza de Toews.

Y es en ese instante, cuando los árbitros decretan sancionar al delantero con dos minutos de suspensión únicamente por choque ilegal (elbowing). Lo curioso es, que para mucha gente, la NHL se ha excedido en el castigo a Blais. Se puede discutir el que la sanción de los árbitros no fue suficiente, y en vez de dos minutos haberle puesto alguno más. Pero el epicentro de la polémica llega con la sanción impuesta 24 horas después del partido por la liga, a mi juicio exagerada para el buen delantero de los Blues.

Sammy Blais, un delantero sin antecedentes violentos en la NHL

Y es justamente este motivo otra de las cuestiones que la liga no ha querido tener en cuenta para su veredicto final. Sammy Blais, que en la acción que nos ocupa, no refleja una intención velada de hacer daño a Toews, además, no tiene antecedente alguno en cuanto a acciones como esta en su trayectoria profesional. 

Con este castigo, la NHL parece querer demostrar que no quiere pasar ni una acción parecida, y cortar "con hacha" todas las jugadas que pueden tener una interpretación de violencia por mínima que esta sea.

Y no todos los males acaban aquí para el delantero canadiense, además de los dos partidos de suspensión, deberá abonar una multa de 25.862 dólares. Veremos si de esta manera la NHL consigue su propósito de violencia cero en el hockey.