Los Seattle Kraken se enfrentan al draft más importante de su vida. También es el primero, eso es verdad, pero de él va a depender gran parte de su futuro cercano.

Es muy fácil decir que intentarán seguir el modelo de los Golden Knights, porque la gesta que hicieron los caballeros de Las Vegas llegando a la final de la Stanley Cup parece irrepetible

Experiencia combinada con juventud y ganas

Es verdad que cuando un jugador elegido en un draft de expansión siente esa rabia de demostrar que su equipo se equivocó dejándole marchar. Conseguir las piezas correctas siempre es complicado y en Seattle lo saben.

La experiencia que en Vegas otorgaron jugadores como James Neal y David Perron la pueden encontrar en jugadores veteranos con contratos largos. Incluso puede ser que grandes estrellas de la liga hace no tanto, como Brent Burns por ejemplo, con contrato de ocho millones anuales hasta 2025. 

La clave que permite que esto suceda es la gran masa de espacio salarial que tienen y que permite hacer movimientos arriesgados como lo puede ser este. Las prohibiciones de adquirir jugadores en su contrato de entrada hace que tampoco puedan fichar mucho talento joven, pero sí tendrán muchas rondas del draft de equipos que “sobornarán” a los Krakens para no llevarse a ciertos jugadores. 

Suerte y riesgo con jugadores jóvenes

Los Krakens tendrán que buscar o sus propios William Karlsson, Reilly o Marchessault. Los draft de expansión necesitan esa pizca de suerte y talento por parte de los scouts para encontrar jugadores que no hayan destacado en exceso en la liga pero puedan dar un paso adelante y explotar.

Elegir a jugadores como Marc André Fleury o James Neal es fácil (y costoso), pero lo difícil es acertar con jugadores que superen cuya calidad sea mayor que la de su precio. 

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