El consejo de gobernadores de la NHL lo ha tenido muy claro, 32 votos a favor, unanimidad, para que la publicidad llegue a los jerseys de juego, en principio un espacio cuadrado de 3,5 pulgadas (8,89 cm) de lado.

No se ha determinado la localización de ese parche publicitario, previsiblemente, el hombro derecho como en la liga afiliada AHL o en los jerseys de entrenamiento de la NHL, ya que el espacio izquierdo está reservado, al menos a día de hoy, a los emblemas de capitanía.

Esta medida se suma a otras surgidas esta difícil temporada pasada marcada por la merma de ingresos y que trajeron el patrocinio para el nombre de las divisiones, y la más llamativa, la publicidad en los cascos.

No solo eso, este años además dejó de pintarse el logo de los playoff en las pistas de hielo junto a la línea azul para que las televisiones pudieran aprovechar ese espacio para incluir publicidad insertada digitalmente, rotos los primeros tabús, poco a poco todo lo que pueda tener un precio en la pista de hielo acaba encontrando un comprador.

Una llegada progresiva

Hasta los años 70 las pistas de hielo eran un espacio virgen de publicidad, vallas blancas y hielo inmaculado salvo por los elementos de juego, fue el espacio en el que las estrellas de la liga desarrollaban su juego.

Ya en 1978-79, los equipos fueron autorizados a poner anuncios en las vallas de sus canchas de juego, pero no fue hasta 1980 que los Minnesota Northern Stars aprovecharon esa disposición para hacerlo y a renglón seguido el resto de franquicias.

Aproximadamente diez años después, a finales de los 80 y primeros 90, la publicidad bajó al hielo, a las cuatro esquinas de la zona neutral, y desde 2018-19 las esquinas de la pista, junto a los trapecios, también alojan patrocinadores.

Y como no, los nombres de los estadios, Chicago Stadium, Maple Leafs Gardens, Boston Garden y otros, sucumbieron ante el empuje del dólar ya fuera canadiense o americano, solo el Madison Square Garden, al convertir su nombre en marca ha sobrevivido a ese empuje.

La televisión, el cómplice si no culpable definitivo

Todas estas medidas afectaban en gran medida a los asistentes a los partidos, pero había otro camino a explotar, los espectadores a través de las pantallas de televisión.

El desarrollo tecnológico ha permitido desde sustituir de manera digital la publicidad de las vallas por otra dirigida por ejemplo al público objetivo del canal televisivo a hacerlo incluso sobre el hielo, incluso forzando como se nota anteriormente en este artículo la desaparición de los logos de los playoff en el hielo para poder sobreimpresionar publicidad por los canales, o incluso en el plexiglás que rodea la pista.

Reacciones en contra de aficionados

Así es que los seguidores del hockey no es que no estemos acostumbrados a la llegada de la publicidad, pero si es cierto, que el jersey parecía un elemento sagrado que parecía inmune a esta marea, pero el impulso mercantilista introducido en la liga por Gary Bettman, como el signo de los tiempos marcados por la pandemia, ha demostrado que no queda nada al escape del dólar en al máximo nivel del hockey profesional norteamericano.

Así que es normal que haya habido voces en contra de aficionados, pero sin duda alguna, al igual que en la Europa de finales de los 70 y primeros 80, vio la llegada de la publicidad a las camisetas de fútbol, y ahora nos parece un elemento más del uniforme, acabaremos acostumbrándonos a esa publicidad.