Paul Maurice ya no es el entrenador jefe de los Winnipeg Jets, este viernes ha presentado su renuncia a seguir dirigiendo desde los banquillos a los de Manitoba. De manera interina, su puesto será ocupado por uno de sus ayudantes, Dave Lowry.

Hasta el momento de su paso atrás, los Winnipeg Jets ocupaban la quinta posición de la Central Division, a cinco puntos de un wild card que da el pase a los playoff. Y es que desde mediados de noviembre, el equipo ha entrado en una crisis de resultados que los ha sacado de la cabeza de la clasificación.

En el balance general, Maurice ha llevado a su equipo en cinco ocasiones a la postemporada de las ocho que ha completado, aunque solo en una de ellas, tuvo un recorrido significativo, cuando en 2018 alcanzaron la final de la Conferencia Oeste. La temporada pasada los Montreal Canadiens, a la postre finalistas de la liga, fueron sus verdugos en la segunda ronda.

Una nueva voz

Paul Maurice en sus declaraciones ha expresado el sentido de su renuncia: que el equipo encuentre el camino bajo unas nuevas ideas. "Este es un buen equipo. Yo soy un buen entrenador," dijo Maurice. "Pero a veces cuándo tomas el mando de un equipo, es como estar al pie de una montaña y empiezas a empujar una roca hacia la cima y solo eres capaz de llegar hasta cierto sitio. Y es ahí dónde me siento. Y permitidme cierta arrogancia, pero estoy situado mejor que nadie para saber que necesitan una nueva voz."

Así ha querido remarcar que este paso al lado no está relacionado con los resultados por debajo de lo esperado o con haber perdido la confianza de los jugadores.

Paul Maurice habiendo dejado claro lo que quiere para una franquicia a la que en estas declaraciones elogió de manera extensa, no ha asegurado cual es su intención respecto a su carrera como entrenador.

"No puedo responder a eso," apuntó. "Te diría que tu eres un ejecutante, como los jugadores y tienes que dar lo mejor de tí. Yo suelo ser franco en la crítica de mi trabajo, sin duda. A veces un poco demasiado exigente, pero soy honesto en ese tema conmigo mismo. Y la única manera de que vuelva de nuevo, sería si sintiera que puedo ser mejor de lo que era antes, y hoy no es así."

Un gran reto para un hombre que acumula 1.684 partidos en los banquillos de la NHL a sus 54 años, y que ha dirigido a los Hartford Whalers y convertidos en Carolina Hurricanes tras su salida de Connecticut, Toronto Maple Leafs y los Winnipeg Jets hasta el momento. El tiempo hablará, pero sin duda, en el futuro no faltará quién le ofrezca un banquillo en la liga más prestigiosa de hockey.

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