Ander Elosegui está empachado de chocolate. El palista vasco se quedó a las puertas del podio en la categoría C1 de piragüismo en aguas bravas tanto en los Juegos Olímpicos de Pekín como en los de Londres. Una espina que espera quitarse en Río el próximo martes, el día que competirá en sus terceras semifinales olímpicas y, si todo va bien, unas horas después bajará su tercera final olímpica.

Elosegui clasificó como séptimo y tendrá que estar de nuevo entre los ocho mejores. Sabe que tiene margen de mejora, como declaró después en la Cadena Cope. "Me he sentido bien, he hecho una serie sólida pero sin ser perfecta ni espectacular". El palista debe corregir los dos fallos que repitió en las dos bajadas. En uno se mostró tozudo. En la puerta 14, roja, de las que se pasan dando la vuelta y en sentido inverso al recorrido tocó con el casco y con la pala. Una puerta situada al inicio de un tramo del circuito que se le atravesó repetidamente.

Elosegui bajó la primera vez en 97,33 segundos restados los dos segundos de penalización (95,33), a solo tres del favorito, el campeón olímpico británico David Florence, tercero al final. La segunda vez el vasco se retrasó con la última puerta roja, cuando le costó remontar el oleaje en contra y perdió un valioso tiempo. Pasó de los 100 segundos (102,39) incluidas las sanciones.

En esa última bajada el alemán Sideris Tasiadis consiguió rebajar el tiempo a 92,23 segundos. Junto con el británico, los eslovacos Benjamin Savsek y Matej Benus o el francés Denis Gargaud serán sus principales rivales. Pero antes toca pasar la criba de las semifinales para saldar una deuda.