Por no romper más platos se le rompieron los sueños. En serie: 24-23-22-25-21 para un total de 115 platos rotos. Pero fueron los diez que se quedaron volando, sin abrirse en polvo rojo, los que alejaron a Alberto Fernández de la final. El madrileño de origen manchego y 33 años volvió a temblar en unos Juegos Olímpicos por tercera vez. 33º en Pekín, 25º en Londres y, ahora, 17ª en Río. De nada le sirvió llegar como campeón mundial del 2010 en la capital británica ni ganar dos Copas del Mundo y liderar el ranking mundial este año en la modalidad de trap.

Se complicó su clasificación el domingo con la tercera y segunda serie. Partía el lunes con el reto de remontar dos platos en una prueba igualadísima y su cuarta serie perfecta de primera hora de la mañana en Río ilusionó. En el momento de la verdad falló estrepitosamente, con 21 platos y se quedó a tres de la final de la tarde, en la que se le esperaba y en la que no fallaron otros favoritos, el italiano Pellielo, el croata Glasnovic y el checo Kostelecky.

Tampoco en carabina de aire de 10 metros tuvo opciones en ningún momento el asturiano Jorge Díaz. Logró 620,9 puntos, a una media de 103 cada serie, y se clasificó 27º a cinco puntos de los ocho mejores.

El tiro olímpico decepciona de momento sus grandes expectativas para estos Juegos. El sábado Pablo Carrera, que partía entre los favoritos en pistola de 10 metros, no se clasificó para la final y el domingo Fátima Gálvez rozó el bronce pero no lo consiguió mientras Sonia Franquet conseguía una meritoria sexta plaza en la misma pistola de 10 metros. Todas las esperanzas pasan ahora por una gran sorpresa de Franquet en 25m o Jorge Llames o, sobre todo, por lo que Carrera pueda lograr en la pistola de 50 metros en miércoles.