En busca de su tercera medalla olímpica, Saul Craviotto entró por la puerta grande en los Juegos Olímpicos de Río y en la final de la prueba de K2 200m de este jueves junto a Carlos Toro. La embarcación formada hace unos meses para lograr holgadamente la clasificación en el Preolímpico uniendo la veteranía del ilerdense con la potencia de la juventud del nacido en Venezuela.

Craviotto y Toro dominaron la primera de las dos series de principio a fin y entraron en meta con medio kayak de ventaja sobre sus rivales. Marcaron el tiempo más rápido en total (31,161 segundos), y como los lituanos Aurimas Lankas y Edvinas Ramanauskas, se ahorraron el desgaste de las semifinales, ya que los ganadores accedían directamente a la ronda final. Los alemanes Ronald Rauhe y Tom Liebscher, los británicos Liam Heath y Jon Schofield, los húngaros Sandor Totka y Peter Molnar, algunos de sus grandes rivales, tuvieron que palear 200 metros más.

Tampoco pareció sufrir el mallorquín Sete Benavides, llegado a Río teñido de rubio platino para vengarse de su cuarto puesto en Londres en los 200m de la canoa individual. En su primera serie ganó por delante del ucraniano Iuri Cheban, el campeón olímpico, que al final entró por tiempos, después que la primera clasificación lo mandase a la final B. Venció con tanta comodidad que con 40,61 segundos no necesitó marcar el mejor tiempo.

En la segunda criba (obligada para todos aquí) rebajó su cronómetro a 40,038 pero cedió ante el brasileño Isaquias Queiroz, el ídolo local entrenado por Suso Morlán, el exentrenador de David Cal, y presionado ante su público. Será su gran rival en la final, aparentemente por delante del chino Li Quiang, subcampeón mundial, que entró por detrás, y al ruso André Kraitor, el campeón de Europa este año en ausencia del balear.