Cuando se estrenó The Final Deletion vimos como Matt Hardy usó todo su arsenal escénico para dar un giro a su rivalidad con su hermano Jeff Hardy (Brother Nero). En ese corto no se vió mucha lucha pero si introdujo al personaje del mayor de los Hardys. El éxito de ese personaje fue contundente: su nuevo aspecto, el acento sudafricano y sus tintes de humor son su seña y marca.

En la entrevista que mantuvo con Chris Jericho comentó que poseía los derechos del nombre de Jeff Hardy y amenazó a Jericho de que lo denunciaría si no usaba el nombre de Brother Nero. Dejó claro que el dron Vanguard 1 y la canoa tenían alma propia y serían premiados por su fidelidad. Tras todo esto, esperábamos con ansia el enfrentamiento con Decay, y no nos defraudó.

Delete or Decay tiene guiños hacía la primera parte, pero lo más destacado es la ausencia de lucha que se subsana con momentos insólitos. Decay (tag team co-protagonista y los rivales de los Hardys por el título en Bound For Glory), se complementan muy bien con los Hardys en su faceta de maníacos lo que es un excelente homenaje a todas esas películas de terror de serie B. Cabe destacar que el fin de estas luchas súper promocionadas no es dar luchas de MOTY sino la de entretener y eso es algo que Matt cumple hacia la perfección. Pero sobre todo resucita el kayfabe que hoy en día tanto escasea por la proliferación de Internet y las nuevas tecnologías, que hace díficil romper con la realidad de la lucha libre. 

Matt Hardy no rompe su papel ni en su perfil personal de Twitter, y en la mencionada entrevista con Jericho mantuvo su postura durante más de una hora sin ningún tipo de fisura o quiebre, sino que la reafirmó para todos aquellos que ponen en duda su fantasía

"Broken" Matt Hardy está haciendo un cambio en la historia de la lucha, y gracias a Dios, es para bien el cambio.