La exigencia es máxima y no podía ser de otra manera. Carolina Marín afronta cada partido consciente de que todo lo que no sea ganar, e incluso ganar jugando bien, es un fracaso. La mejor jugadora del mundo ha de dar un valor añadido a un deporte en franca evolución en España, y que cada vez más posa su atención en esta pionera de la pluma y la raqueta.

La onubense está encontrando buenas sensaciones en Hong Kong, donde aspira a recuperar el nivel de bádminton que no ha podido alcanzar en los torneos precedentes, disputados en Dinamarca y China. Ausente en Francia por una lesión, es hora de que Carolina sume puntos y confianza en aras de llegar al Superseries Final de Dubai con la sensación de sentirse inexpugnable.

Juego sólido y sin alardes

Seriedad es un concepto que podría definir bien el nivel de juego del que hizo gala Carolina para ganar su compromiso de segunda ronda. No necesitó de su mejor juego para derrotar a una voluntariosa Yip Pui Yin, que vendió muy cara su piel espoleada por un entusiasta público.

Aguantó el pulso a la española durante ambos sets, pero en los momentos cumbre le sirvió a la española con incrementar el ritmo de piernas y variar alturas y efectos, para encontrar la rendija mental y táctica por donde colarse en el juego de su rival. Marín ha de intentar encontrar un juego más fluido que le dé la confianza necesaria para afrontar partidos ante las mejores rivales.

Yamaguchi eliminó a Carolina en semifinales del Super Series disputado en Odense hace un mes

Tras este 21-18 y 21-16 en segunda ronda, habrá de verse las caras en los cuartos de final con la japonesa Akane Yamaguchi, precisamente aquella que la eliminara en semifinales del Super Series de Dinamarca. Un encuentro con sabor a revancha para Carolina, que además vengaría la derrota de Beatriz Corrales ante la nipona en primera ronda.