Sí pero no. Carolina Marín sigue abonada al casi, a esa extraña sensación para ella en la que sabe que es la misma jugadora capaz de ganar todo pero que hay algo que le impide que su bádminton fluya libre y sin ataduras. La jugadora onubense se está encontrando con muchos problemas para rendir al nivel esperado, y el problema parece más mental que técnico o táctico. 

Y es que lo más difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse en ella. A sus 23 años, Carolina ha ganado todo lo que una profesional del bádminton puede llegar, y no le será sencillo formatear su mente para afrontar con la misma ilusión los retos venideros. No parece estar siendo capaz de ello por el momento, a tenor de sus derrotas en Dinamarca, China y Hong Kong. Tzu Ying fue la culpable de dos de esas decepciones.

Carolina luchó hasta el final

El nivel de juego ofrecido por la española fue netamente superior al del partido frente a esta misma jugadora en el Abierto de China, pero siguió siendo insuficiente para desbancar a la de Taipei. Y es que Ying parece haber hallado la fórmula maestra para contrarrestar la intensidad y polivalencia del bádminton de la española.

Con constantes cambios de ritmo y ataques contundentes y precisos, Ying tomó ventaja en el marcador y no se dejó amedrentar por la reacción de Carolina en el segundo parcial. El encuentro fue de una exigencia física máxima, lo que derivó en una tercera manga agónica para la española, que quiso pero no pudo.

El resultado final fue de 21-17 14-21 y 21-16 en favor de la asiática, cuya rival en la final saldrá del duelo entre Cheung Ngan y Sindhu. Por su parte, Carolina Marín habrá de trabajar duro para llegar en las mejores condiciones posibles a las finales Superseries de Dubai, que se disputarán en Dubai del 14 al 18 de diciembre.