Hay vida más allá de Carolina Marín. La estrella onubense es la cabeza visible de un proceso de revalorización del bádminton en España, al que contribuyen competidores de muy alto nivel como Pablo Abián y Beatriz Corrales. En el seno del bádminton europeo, las figuras nacionales están ganando cada vez más terreno a las potencias continentales como Dinamarca, y situándose como jugadores de referencia.

El Abierto de Gales es una prueba fehaciente de ello, con Pablo Abián y Beatriz Corrales en las grandes finales. Ésto no solo es importante para ellos como jugadores de alto nivel, sino para todos los amantes del bádminton español, deseosos de vivir la eclosión de un deporte llamado a dar mucho que hablar en los próximos años.

Beatriz Corrales abrió la jornada de semifinales haciendo valer su condición de máxima favorita al título. Comenzó algo titubeante frente a la alemana Fabienne Deprez, a la que ya había ganado hace apenas un mes pero con la que se vio en desventaja al perder el primer set. Acabó sacando a relucir su mejor juego y actitud, y se impuso por 16-21 21-13 y 21-19, para citarse en la gran final con Shuo Yung Sung, taiwanesa que venció a la suiza Sabrine Jaquet.

Por su parte, Pablo Abián tuvo que ponerse el mono de trabajo para derrotar al alemán Kai Schaefer. El encuentro de máximo igualdad y aunque el aragonés no tuvo su día más lúcido, supo gestionar los nervios en los momentos cumbre, llegando a salvar bolas de partido en el segundo set. El resultado final fue de 18-21 22-20 y 21-14 en favor del español, que buscará el título contra el escocés Kieran Merilees.