A Finn Bálor no le ha acompañado la suerte en su presente trayectoria en WWE. Desde que en el Monday Night Raw posterior a la última edición de SummerSlam dejase vacante el título universal a causa de una lesión de hombro, el experimentado combatiente de la marca roja se ha visto imposibilitado de pelear por aquel cinturón que nunca perdió en los cuadriláteros. 

Las desalentadoras informaciones anunciadas por parte de los organismos médicos de la empresa  apuntaban a un duro y extenso proceso de recuperación que llegó a ocupar unos siete meses de duración.  Tras ellos, el curtido batallador se reintegró a la contienda defendiendo a Shinsuke Nakamura en NXT al ser atacado por Bobby Roode y Andrade Cien Almas, todo ello surgió pocas semanas antes de volver a RAW, un 4 de abril de 2017, tan solo 24 horas después de disputarse el evento magno de la compañía: Wrestlemania 33. Lo hizo curiosamente como acompañante de Seth Rollins, el luchador con el que mantuvo su última disputa antes de lesionarse, en un combate por parejas frente a Samoa Joe y Kevin Owens que terminaron ganando. 

Lamentablemente, el retorno a la compañía tras el proceso de recuperación  no finiquitó la mala fortuna del nórdico; la semana siguiente, durante el WWE Superstar Shake-Up, se le detectó una conmoción cerebral terminado su combate ante Jinder Mahal al que consiguió derrotar. Lo que provocó una nueva lesión de Bálor, indiscutiblemente menos grave que la anterior. 

A pesar del choque provocado por un codazo con el antebrazo de Jinder, Finn continuó activo en el show televisado durante las siguientes semanas, aunque sin una rivalidad esclarecida. 

A día de hoy, tras descartar todos aquellos rumores que apuntaban a una participación  en The Great Balls Of Fire, Finn Bálor mantiene un estéril enfrentamiento con Elias Simson que tan sólo le podría ayudar a recuperar la excelsa condición física con la que participó, hace prácticamente un año, en su último PPV.