Si se hacía caso a los agoreros nadie tendría que haberse quedado despierto a ver este combate, la pantomima era su etiqueta, y el "robo" su posibilidad, como siempre, todos sabían que iba a pasar. Todas estas frases se las habrán poder oír a un amigo, a un familiar, a una pareja o a un compañero de trabajo. Todos ellos se equivocaron, como saben aquellos que acabaron viendo el combate.

Después de una buena velada de boxeo a pesar del mal final del combate entre Fonseca y Davis todo estaba previsto para el gran combate de la noche. El público, los comentaristas, los personajes vips, todo listo para un combate que no solo no defraudó, sino que superó muchas de las expectativas que había puestas en el mismo.

McGregor salió al cuadrilátero de Las Vegas como si saliese a la mismisma Dublin. Después de una espectacular interpretación del himno irlandés, el luchador fue recibido con vítores, mientras que su contrincante, el boxeador Floyd Mayweather, fue abucheado en todo momento. Mientras que Conor salió totalmente concentrado, se vio a un norteamericano mucho más confiado, esperando acabar con el irlandés a los pocos minutos.

Conor no solo no se asustó, sino que durante 3 asaltos dominó el combate, con mucho juego de piernas y tremendos cambios de guardia, buscando jabs que por momentos se colaban en la defensa de un sorprendido Mayweather. A partir del cuarto asalto se noto la falta de experiencia de McGregor, viéndosele cansado frente a un Mayweather que puso una marcha más al combate.

Pero a pesar de esa marcha más el irlandés aguantó con fuerza, perdió asaltos de forma ajustada y el octavo asalto para algunos medios incluso se lo llevó el irlandés. A base de corazón conseguía contraatacar con rápidos derechazos pero sin poder descargar su poderosa mano izquierda en el afroamericano. El estadounidense trató de acorralarle y durante varios momentos del combate buscó la descalificación del irlandés, girándose para darle la espalda a Conor mientras esté le golpeaba.

A partir del noveno asalto se veía venir cuanto de cerca estaba el 50-0 para Mayweather, estaba persiguiendo a un hombre muerto de cansancio, que aún así se negaba a caer sobre la lona. En la décima ronda el árbitro decidió parar el combate al ver la golpiza que estaba recibiendo McGregor.

De una forma elegante, el irlandés se quejó al árbitro, asegurando que podía continuar. A pesar de ello es evidente que la decisión fue correcta, pero esto nos muestra las ganas que tenía Conor de seguir peleando en una demostración de que para él esto no era solo dinero. Acabado el combate, Mayweather y McGregor se fundieron en un abrazo que demuestra el respeto que ambos luchadores se tienen después de la pelea.

En las previas se habló de cómo pasaría este combate a la historia, y sin duda alguna pasará de forma positiva. No es el combate de una generación pero sin duda alguna ha sido un grandísimo combate, muy entretenido y con momentos realmente interesantes.

Con esta victoria Mayweather pasa a ser el luchador con mayor invicto de la historia al retirarse, si es que es cierta su retirada tras este combate. Por otro lado McGregor a pesar de su derrota se merece el aplauso de todos aquellos que tienen un aprecio tanto por las MMA como por el boxeo.

Es muy difícil meterse en un deporte que no es el tuyo a competir, y más difícil hacerlo con uno de los mejores boxeadores de su generación. Pero McGregor no solo lo hizo, sino que demostró que podía ser capaz de pelear al límite de su capacidad. Que el árbitro tuviese que parar la pelea sin que cayese el irlandés es algo a alabar

Los fans de McGregor han alabado el extraordinario trabajo realizado por el irlandés, al igual que la ovación que se llevó el luchador por parte del público del T-Mobile Center. Y posiblemente McGregor haya conseguido más respeto y atención del gran público gracias a este combate para las MMA de las que tendrían por ellas solas, ha sido un espectacular combate que sin ser histórico sí nos dejará un buen sabor de boca cuando lo recordemos en el futuro.