La desaparición de TNA lleva insinuándose desde hace años sin que nunca se llegase a concretar. Con la aparición de Anthem la esperanza era que finalmente la compañía podría trabajar sin agobios económicos y con un producto sólido y sin problemas, pero desgraciadamente y debido a la aparición de Jeff Jarrett la situación se ha prestado para la broma después de tantos movimientos extraños.

La llegada de Jarrett fue vista como una vuelta a la mejor era de TNA, la anterior a Hogan pero es evidente que esa no era la idea del creador de la compañía. Su vuelta a la empresa se enmarcó dentro de la entrada de GFW en la misma, y esto no fueron buenas noticias para nadie. GFW es un proyecto muerto desde hace dos años, cuando Jarrett grabo productos televisivos que nadie compro y que acabó con una estafa piramidal de oro en los anuncios de la web.

La invasión de GFW fue extraña, pero Jarrett volvió a desaparecer y parecía que la nueva TNA, con el símbolo de Impact y el logo de Anthem conseguiría darle una nueva imagen a la empresa. Un solo mes después la empresa del logo fosforescente volvió a aparecer y con ello empezó el espectáculo circense de nombres, cambios de títulos y momentos que dieron la sensación de empresa poca seria.

Hay que recordar que TNA empezó llamándose NWA:TNA debido al acuerdo que tenían con la veterana federación de empresas territoriales, pero el nombre TNA Impact! llevaba con la empresa más de diez años, siendo uno de los principales símbolos de la compañía. Pero en ese momento Jeff Jarrett volvió a aparecer en TNA con el único objetivo de hacerla desaparecer.

Para ello buscó desesperadamente una fusión entre GFW y TNA, en la cual consiguió convencer a Anthem de sus beneficios. Sus decisiones fueron cuanto menos sorprendentes, decidió que TNA sería la que desaparecería tras la unión, dejo de lado los títulos de su antigua compañía, puso como campeón a Alberto del Río y programó la publicación de los programas que había grabado hacía ya tres años.

Los nuevos títulos fueron mal recibidos por el público, Alberto del Río tuvo que dejar vacante el título después de sus múltiples problemas con la ley, con Paige y con el vestuario de la compañía y los shows de GFW, vendidos como PPV y bajo el nombre de Amped fueron publicitados con formas más que dudosas para no engañar pero confundir al espectador, induciéndole a creer que estaba viendo un producto actual.

Pero lo peor tuvo que ver con Impact. Debido a que TNA ya no existía decidieron renombrarlo como GFW Impact, consiguiendo batir un récord con el título: durar exactamente una semana. Y esta duración viene provocada por la marcha de Jarrett de la compañía, una vez más, por diferencias con la gerencia de Anthem en lo que intento ser visto como algo amistoso pero que a medida que pasan los días parece más un despido en toda regla.

Además de todos los problemas que ha provocado en la empresa la última aparición del luchador en Triplemania fue esperpéntica. La misma noche en la que Sexy Star lesionó intencionalmente a Rosemary, el creador de TNA y GFW apareció visiblemente borracho en el evento, lanzando tortitas a los aficionados, sin parecer saber muy bien donde estaba, lo cual parece que no le gustó a la directiva.

Debido a la marcha de Jeff Jarrett el nombre ya no podía ser GFW Impact! por mucho que los títulos que estén ahora mismo sean los unificados. Con esta situación y una vez desaparecida TNA, la decisión fue renombar el show como Impact! a secas, lo cual es el tercer cambio en menos de un mes. Más allá de la semejanza con el mítico capítulo de los Simpsons, donde un país africano cambia cinco veces de nombre antes de que el avión toque tierra, la situación es preocupante.

Con rumores de venta y problemas de este estilo, parece que la llegada de Anthem sigue sin calmar unas aguas que llevan revueltas la última década en la segunda empresa norteamericana de wrestling. Solo queda esperar que la marcha de JJ y el asentamiento del proyecto de Anthem consiga volver a hacer crecer a lo que en algún momento fue TNA, una grandísima empresa de wrestling.