Peter Jackson y los polémicos 48 fotogramas
Cartel promocional de la película

Tras dedicar años de rodaje a la oscarizada ‘El Señor de los Anillos’, Jackson aseguró que no rodaría el hobbit. Estaba claro que Holywood no iba a dejar pasar una oportunidad tan jugosa y lucrativa como esta y que el film tarde o temprano iba a ser una realidad, la única duda es quién la llevaría a cabo ante el evidente agotamiento del director neozelandés. Éste pensó en Guillermo del Toro, que en primera instancia aceptó, pero que acabaría retractándose debido al retraso en los inicios de la grabación y abandonaría el proyecto. Como el director neozelandés no confiaba en nadie más para realizar esta superproducción de 142 millones, se puso él mismo manos a la obra. “A veces no te queda elección. A mí me daba mucho miedo repetirme, volver a hacer otra vez una película que ya había hecho y por eso dije que no y se lo propuse a Guillermo del Toro. Pero el proyecto se retrasó tanto por problemas de financiación que él tuvo que abandonarlo. Y llegados a ese punto sentí que quien tenía que dirigir la película era yo”, asegura.

La película, basada en el libro “El Hobbit” de Tolkien (en realidad un cuento dirigido a sus propios hijos), tiene una estructura mucho más sencilla y un tono más desenfadado que su trilogía antecesora. La estética y la temática resultarán muy familiares para los que hayan visualizado dicha saga. Sin embargo, la principal novedad, algo que nadie había hecho hasta la fecha ( ya fuera por de atrevimiento o de presupuesto) es filmar una película en 3D a 48 fps (frames o fotogramas por segundo), el doble de fotogramas habituales en cine. El único osado, James Cameron, aseguró que ‘Avatar 2’ se filmará a 60 fps.

Sin embargo, lejos de alabarle, a Peter Jackson le han llovido las críticas porque, dicen, la hiperrealidad que transmiten los 48 fps hace que se pierda la magia del cine. La nitidez y definición de la imagen es tal que muchos piensan que parece más un making off o un telenovela que una proyección cinematográfica. Pero Jackson se defiende diciendo que todo es cuestión de tiempo y de acostumbrar el ojo a la nueva calidad. “Lo que yo he hecho es coger nuevas herramientas y con ellas tratar de hacer el cine más atractivo a las nuevas generaciones, que apenas van a las salas porque prefieren ver películas en su iPad. Yo quiero darles motivos para regresar al cine y si los críticos no entienden que ese cambio es necesario ya lo entenderán. Tratan de defender la tradición, no aceptan que el mundo ha cambiado. El cine tiene que evolucionar y los críticos acabarán aceptándolo aunque en realidad la última palabra no la tiene la crítica sino la audiencia, que es en quien yo pienso cuando hago mis películas”. Y añadía: ““Toma algo de tiempo acostumbrarte a ello pero los 48fps funcionan mejor cuando te imbuyes en la experiencia y dejas que la película te absorba”.

El encargado de llevar a la gran pantalla a elfos y trasgos, enanos y orcos, hobbits y trolls, humanos y magos, dragones y demás critaturas fantásticas, deberá ahora adaptar el libro basado en los recuerdos y aventuras de Bilbo ocurridos durante su su juventud. “El Hobbit: un viaje inesperado” es la primera película de lo que será una trilogía en la que nos remontaran al viaje que emprenden los enanos Bombur, Bofur, Bifur, Nori, Ori, Dori, Thorin, Balin, Dwalin, Oin, Gloin, Fili y Kili, junto a Gandalf y Bilbo, para tratar de recuperar la patria que antaño les fue arrebatada, Erebor. Mientras que Andy Serkys repetirá en su papel de Golum, Ian Holm no lo hará en el de Bilbo, pues debía interpretar al mismo personaje que en ESDLA pero 60 años mas joven. El elegido fue Martin Freeman, todo un acierto.

El ritmo de la película, pese a sus casi tres horas de metraje, es frenético. Exceptuando el inicio del film en la Comarca, donde se nos introduce en la historia y los motivos del viaje que ocupará la trilogía, el resto del largometraje carece apenas de narración. Como decían en un artículo del diario El Mundo firmado por Luís Martínez, El Hobbit parece, por su vertiginoso ritmo, un videojuego más que una película. Parece que sus protagonistas vayan avanzando de pantalla, salgan de una pelea y se metan en otra sin apenas respiro hasta enfrentarse al malo final. No existe lo que en el mundo del cine y la literatura se denomina ritmo narrativo. Y sin embargo la capacidad de atracción e hipnosis que nos ofrece el fantástico mundo de Jackson hace que nos introduzcamos en él sin rechistar, y casi lo asumamos como propio. La carencia narrativa se sustituye por una acción tan atractiva que impide el tedio. Todo ello gracias al magnífico trabajo de un equipo artístico que ya se encargó de crear de manera brillante la Tierra Media en la trilogía original.

El tema de los 48 fps no serán un problema si tenemos en cuenta que en España únicamente seis salas pueden reproducir esta cantidad de fotogramas, muchos espectador no tendrán siquiera la posibilidad de elegir. Dean Wright, leyenda viva de los efectos especiales y uno de los responsables de los mismos en la película, zanja el debate respecto a la velocidad de reproducción asegurando que “la teoría nos dice que a más información en el plano, y especialmente en el 3D, menos tardará la vista en adaptarse al formato y más detallada la imagen. ¿Cuál es el problema? Pues el mismo que se produjo cuando apareció la alta definición: muchos le echaron en cara que se perdía el look cinematográfico. Creo que esa sensación se olvidará y que cuando Peter presente el proyecto acabado el resultado será magnífico”. 

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