“Es más feliz el que se conforma con menos”. Eso lo escuché el otro día y lo firmo debajo. Es una verdad como un templo. Si aspiras a tener algo muy grande, algo que consideres increíble... la sensación que te queda por no haber llegado a ello seguro que es negativa. Y no por ser menos significa que es peor.
¿Debes aspirar alto? Sí, por supuesto. Pero siempre debes sentirte bien con lo que hagas y sobre todo con lo que consigas. No te bloquees, no vale la pena. Y si lo haces, pide ayuda y desbloquéate. Aunque sea unos días, aunque sea unas horas,… lo agradecerás.
Si tus aspiraciones son excesivamente altas y ves que no llegas, recalcula todo y márcate otro objetivo. Si es preciso, mira a otra dirección. Porque hay veces que te das cuenta que has estado mirando a la dirección equivocada durante mucho tiempo y eso no te hace feliz.
Confórmate con aquello que te llene aunque sea un segundo. Si te ha llenado, quiere decir que lo querías. No te centres solo en aquello que tengas lejos y pienses que te puede llenar por completo, porque quizá llega el momento de buscar aquello que te había llenado un segundo y ya no lo encuentres. Lo tenías ahí y ya no lo tienes. Se fue.
Por ello, es mejor lo que tienes ahí en tu mano que lo que quizá puedas tener en tu mano. Lo que tengas cerca en este momento y sepas que seguro que es bueno,... eso. ¡Eso!. Se dice que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Y así irá pasando la vida.
