El desnudo psicológico de Tom Hardy en 'Locke'
Foto (sin efecto): TorrentButler.

De origen británico, se presentó por Europa durante el pasado otoño para empezar a cruzar oceános en abril, acumulando halagos y sorpresas, sirviéndose de uno de los escenarios más pequeños de la historia del cine.

El apellido del protagonista, Ivan Locke, da título a este thriller que avanza por la misma senda que otros largometrajes como Buried (Enterrado) o Última llamada. Es decir, se cimenta sobre el cuidado somero de los detalles, la adecuada elección de las pausas y un guion interactivo que supone la base de la acción. Esta, la cual tiene lugar únicamente dentro de un lustroso todoterreno, desarrolla un drama humano sencillo a la par que elaborado.

De una vez por todas, Tom Hardy (Origen, Warrior) demuestra en Locke que se puede contar con él para llevar a cabo trabajos de considerable esfuerzo interpretativo, dejando atrás una multitud de proyectos de diversa índole, algunos bien reconocidos (ha llegado a ponerse a las órdenes de Guy Ritchie o Christopher Nolan), en los que la abundancia de secundarios (entre los cuales se ha encontrado él, la gran mayoría de las veces) no le ha permitido lucirse con anterioridad.

El protagonista tomará una decisión basándose en su propia experiencia

Hardy se mete en la piel de Ivan Locke, un padre de familia que trabaja como director de obras desde hace nueve años. Una noche recibe una llamada telefónica a partir de la cual toma una decisión que él cree correcta de acuerdo a su propia experiencia vital; una decisión que le lleva a recorrer las carreteras, tanto a él como al público en tiempo real, a lo largo de una hora y media. Durante ese intervalo la pantalla alternará planos del único personaje visible en la cinta y amplias imágenes recurso, para alivio del ojo del espectador.

La trama se construye por medio de las llamadas telefónicas que Ivan hace y recibe. Debido a su elección, tendrá que lidiar con la responsable de esa primera y transcendente llamada y dar explicaciones a su mujer e hijos e instrucciones a sus compañeros de trabajo, con quienes ha de coordinar una importante transacción que está programada para la mañana siguiente y a la cual no podrá asistir. A todo esto se le suman "diálogos unidireccionales" entre Ivan y la no-presencia de su progenitor fallecido.

El filme es una descripción de la forma de ser y de pensar del protagonista

El guion y la expresión y gestos de Hardy son los pilares de los que se ha servido Steven Knight (guionista de Negocios ocultos o Promesas del este, del mismo género) para describir la forma de ser y de pensar del protagonista. El filme consiste básicamente en eso, una presentación de Ivan Locke a través de la noche más dura de su vida. El objetivo parece ser la apertura de un debate tan recurrente como lo es la limitación del bien y el mal; el espectador tiene la opción de participar decidiendo cuáles actos del personaje aprueba y cuáles no, teniendo en cuenta los rasgos de su personalidad que las conversaciones teléfonicas y los monólogos ponen en evidencia.

Locke es el desarrollo cronológico de una situación terrenal que se solucionará o no dependiendo de las aptitudes de un personaje único, alguien con quien el público pueda identificarse, de quien pueda aprender o a quien comprender o rechazar. Una película de ritmo tranquilo pero constante, de conseguida naturalidad, que se mantiene alejada de la exageración. El mérito del trabajo realizado por el equipo de producción al completo reside en la manera en que consigue intensidad y emociones valiéndose de un punto de partida, una buena presentación y, simplemente, palabras.

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