Carole White, de mamá a bruja
Carole White, fundadora de la agencia Premier, publica sus memorias, en las que relata cómo fue trabajar con las supermodelos durante la década de los 90. Foto: Cosmopolitan

A Carole White, Naomi Campbell la llamaba ‘mamá’ antes de que todo el  asunto de los diamantes de sangre hiciera que no se volviesen a dirigir la palabra. Pero durante muchos años, fue su madre, amiga y consejera más cercana. White era la madre, agente y directora de la vida de casi todas las supermodelos más famosas de los noventa. Ella manejó la vida de las que dictaban las tendencias durante aquella época: Linda Evangelista, Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Christy Turlington y, por supuesto, Naomi Campbell. De cada una de ellas, White puede contar miles de historias. Y así lo ha hecho. En sus recién publicadas memorias Have I Said Too Much? My Life In and Out of the Model Agency la fundadora de la agencia Premier Models Management, una de las más exitosas del mundo, narra cómo fue su vida junto a estas grandes divas de la moda. En una entrevista al diario inglés Daily Mail aseguraba que “Este tipo de chicas pueden ser difíciles. Les gustaba probar a las personas, ver hasta qué punto eran capaces de ingeniárselas para cumplir los descabellados deseos que ellas podían tener ese día, hora o segundo… Yo me lo tomé como un desafío”.

Les gustaba probar a las personas, ver hasta qué punto eran capaces de ingeniárselas para cumplir sus descabellados deseos

Como si de una película se tratase, White, a la que sus compañeros apodaban ‘la bruja’, cuenta en sus memorias la locura que supuso trabajar con las supermodelos. De hecho, llega a explicar cómo tenía que falsificarles las agendas y programar las sesiones de fotos dos horas antes para asegurarse de que no llegasen tarde. En un determinado momento, incluso tenía que pedir una llave de las habitaciones de las modelos en todos los hoteles en los que se alojaban para, en algún caso, tener que levantarlas ella misma. Sin embargo, del mismo modo que niega la profesionalidad de muchas de ellas, reconoce que otras sí que fueron bastante responsables con su trabajo, como era el caso de Claudia Schiffer. Y aunque ella asegura, no es dada a los remordimientos, sí que se arrepiente de no haber tenido a Kate Moss. “Pude tenerla. Corinne Day la trajo y me dijo ‘no está contenta en Storm, así que no hay problema’. Vacilé un instante. Luego pensé que era demasiado baja. Gran error”

La portada de Vogue de enero de 1990 marcó el inicio de la década de las supermodelos, y todas ellas formaban parte de la agencia Premier Model Management.  De izquierda a derecha: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Tatjana Patitz, Christy Turlington y Cindy Crawford. Foto: Vogue

Además de ocuparse de que las modelos cumpliesen con su agenda, Carole White también fue durante esos años la encargada de satisfacer las inverosímiles exigencias de unas modelos que eran prácticamente consideradas como superestrellas por parte de la sociedad. Pétalos de rosa en las camas de los hoteles, un arsenal de juguetes sexuales, o incluso velas que solamente se encuentran en una región del Tíbet fueron solamente algunos de los requerimientos de las modelos con las que trabajó. Sin embargo, en el libro también matiza algunos famosos comentarios, como el que Linda Evangelista hizo asegurando que “no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares”.  White asegura que, de hecho, la cantidad que las modelos solían cobrar normalmente duplicaba o triplicaba esa cifra. Pero, tal y como White explicó en una entrevista a The Guardian, “Se sacó de contexto. Estaba bromeando.”

He sabido de modelos que escalaban al amanecer por la ventana del apartamento de alguna estrella de rock que, a su vez, se citaba con otra modelo 

White confiesa que, en su papel de ‘madre’ extraoficial, entraba de igual modo el manejar con ellas sus embrollos amorosos. “He sabido de modelos que escalaban al amanecer por la ventana del apartamento de alguna estrella de rock que, a su vez, se citaba con otra modelo- y con su mujer”  asegura White. Y junto con este  trabajo también estaba el de ayudarlas a superar sus numerosas rupturas y desencuentros amorosos. Cuenta en el libro cómo una vez tuvo que enviar a su hermano a las Islas Mauricio para que se llevase a una modelo del lado de su novio “violento”. Cuando él llegó, descubrió que todo el asunto había sido exagerado por ella, que ya se habían reconciliado y que todo iba perfectamente.

De izquierda a derecha: Stephanie Seymour, Cindy Crawford, Christy Turlington, Tatjana Patitz, y Naomi Campbell. Foto: J. Paul Getty Museum

White lleva más de la mitad de su vida en el negocio de la moda. Durante su adolescencia fue modelo, pero “era penosa” y, tras siete años, lo dejó. Hasta que, en 1981, creó junto a su hermano, Chris Owen la agencia Premier Model Management, que inicialmente representaba tan solo a 40 modelos y que “manejábamos desde la mesa de la cocina”.  A día de hoy, a sus 64 años, Carole White sigue dirigiendo su agencia, solo que ya no lo hace desde la mesa de la  cocina. Hoy en día, Premier Model Management es la agencia más importante de todo el Reino Unido. Ahora, uno de los principales fuertes de la agencia está en descubrir nuevos talentos. Y aunque las modelos se siguen alojando cerca de ella, White asegura que “No soy una  niñera. Es un negocio. Pero… ya sabes… me preocupo por ellas”.

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