Jennifer Lawrence; la musa de Hollywood
Jennifer Lawrence en 'Winter's Bone', trabajo que le premió con su primera nominación al Oscar.

Jennifer Shrader Lawrence. 25 años. Un viaje a Nueva York y el nacimiento de la nueva estrella de Hollywood. Desde adolescente, la intérprete nacida en Kentucky declaró su interés por los escenarios con papeles en obras de teatro escolares, lo que bien podría hacer cualquier niña a esa edad, sin embargo, resultó que Lawrence, quien terminó la secundaria dos años antes de lo normal, tenía un talento innato para mimetizarse en cualquier papel, en cualquier escenario y elevarlo al séptimo arte sin siquiera autocomplacerse. Después de catorce años aprendiendo de la práctica, sin recurrir a las clases de arte dramático, Nueva York y dos agentes cuyos nombres fueron olvidados por el éxito de la actriz, llamaron a su puerta y le instaron a tomar dichas lecciones como un paso más hacia el foco protagonista. Y así fue que, once años más tarde, un Oscar, un BAFTA, tres Globos de Oro, numerosos premios, nominaciones y más películas aún, se acumulan en el bagaje de una actriz única a la que le depara unos presente y futuro inmejorables.

Jennifer Lawrence con su tercer Globo de Oro. Foto: variety.com
Jennifer Lawrence con su tercer Globo de Oro. Foto: variety.com

Primeros pasos en el pequeño y gran formato

Antes de recibir con sorpresa su primera nominación a los Oscar, por Winter's Bone (Debra Granik, 2010), Lawrence había gozado de apariciones esporádicas en series de televisión como Monk, Medium o Cold Case e, incluso, llegó a protagonizar la sitcom The Bill Engval Show durante sus treinta capítulos y dos años de emisión. Cuando en 2008, el productor Toni McBurger decidió jubilar a la icónica serie norteamericana, Lawrence incursionó en el cine con Garden Party (Jason Freeland, 2008), The Poker House (Lori Petty, 2008) y The Burning Plain (Guillermo Arriaga, 2008), películas que sirvieron de trampolín y muestra para un talento que nació innato, un talento sustentado en lo espontáneo, en la interiorización absoluta de cada personaje, en la capacidad para adaptarse a diferentes situaciones y escenarios con una brillantez basada en el trabajo y la constancia. Con The Burning Plain consiguió eso tan difícil que es no salir malparado en una película cuya recepción ha sido más bien deficiente. De hecho, Lawrence se alzó con el galardón a Mejor Actriz Revelación en el Festival de Venecia.

Lawrence y J. Torres en 'The Burning Plain'. Foto: theguardian.co.uk
Lawrence y J. Torres en 'The Burning Plain'. Foto: theguardian.co.uk

Consagración como estrella emergente

Gracias al escaparate de Venecia, Debra Granik confió en su carisma para un papel desgarrador en Winter's Bone; una joven a cargo de su familia, que se ve obligada a emprender un viaje para salvaguardar la integridad de la misma. Y en su carisma también confió Lawrence, ejecutando un papel brillante, donde el germen de todo lo que vendría después se había desarrollado de manera magnífica. Nominaciones a los Oscar, Globos de Oro o SAG y premios a Mejor Actriz en los Festivales de Cine de Detroit y Estocolmo así lo vaticinaban. Tras establecerse como una de las estrellas emergentes del momento, la actriz de Louisville continuó participando en comedias negras como The Beaver (Jodie Foster, 2011), dramas románticos como Like Crazy (Drake Doremus, 2011) y thrillers de serie B como Devil You Know (James Oakley, 2012) y House At The End Of The Street (Mark Tonderai, 2012). Obras menores con las que Lawrence siguió ampliando sus registros y engrosando su caché para futuros proyectos.

Jennifer Lawrence en Winter's Bone. Foto: ibtimes.com.eu
Jennifer Lawrence en Winter's Bone. Foto: ibtimes.com.eu

Fichaje por franquicias y David O. Russell

A ese caché, además del fichaje por franquicias de entretenimiento, primero encarnando a Mística en X-Men; First Class (Matthew Vaughn y Bryan Singer, 2011-2016), para después ser una de las heroínas más célebres del cine contemporáneo; Katniss Everdeen, en la saga creada por Suzanne Collins, The Hunger Games (Gary Ross y Francis Lawrence, 2012-2015), también le ayudó la predilección que David O. Russell sintió por ella, y la admiración de un compañero de batalla como Bradley Cooper y de un icono del cine como es Robert De Niro. "Siempre he pensado que Jennifer tiene un alma vieja. Cuando nos conocimos en Silver Linings Playbook, pensé: ¿Tiene veinte o cuarenta años? Podría ser cualquiera de las dos. Siempre supe que era la única que podría interpretar a Joy. Tiene ese gran corazón y un espíritu salvaje y creativo. Como artista, es alguien que puede expresar numerosos mundos, y que puede ir hacia lo espontáneo o inesperado. Y, como persona, he tenido el placer de verla recorrer un gran viaje", afirmaba Russell cuando le preguntaron sobre su elección para el personaje de Joy, la última película en la que trabajan juntos.

Con Silver Linings Playbook (2012) comenzó su particular aventura a las órdenes de un director con gran trayectoria y sello propio, una aventura que le deparó sus primeros Oscar, Globo de Oro y SAG, y la confirmación como estrella del momento y para largo tiempo.

Lawrence y Cooper en 'Silver Linings Playbook'. Foto: indiewire.com
Lawrence y Cooper en 'Silver Linings Playbook'. Foto: indiewire.com

Intercalando la primera entrega como Katniss Everdeen, Russell volvió a otorgarle la manija de su nueva película. En este caso, American Hustle (2013), donde compartió terreno con Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper y Jeremy Renner, supuso algo parecido a lo que había vivido con The Burning Plan, una obra de crítica dispar donde lo que más valor tenía era la interpretación de su actriz principal. Y, así, llegaron su primer BAFTA y el segundo Globo de Oro en una categoría donde se hace particularmente complicado que no establezca su reinado durante varios años.

Totalmente involucrada en las sagas cinematográficas, Lawrence se convirtió en la actriz mejor pagada de la industria y, por ende, del mundo. Un colchón que le permitió, en 2014, experimentar con su fiel compañero Cooper en Serena (Susanne Bier), película donde el melodrama no les permitió conjugar sus fuerzas como ocurriese en Silver Linings Playbook, y participar testimonialmente en Dior and I, documental dirigido por Frédéric Tcheng y protagonizado por Felicity Jones.

Lawrence y Cooper en 'Serena'. Foto: thr.com
Lawrence y Cooper en 'Serena'. Foto: thr.com

Presente y futuro

Después de interpretar a Joy Mangano en Joy, a las órdenes de Russell por tercera vez, y ganar su tercer Globo de Oro, Lawrence se enfrenta a su cuarta nominación al Oscar en una categoría donde Cate Blanchett, por Carol (Todd Haynes) y Brie Larson, por Room (Lenny Abrahamson), parten como favoritas. "Es fantástico trabajar con ella. Su mente es tan flexible y tiene esta gran habilidad para adaptarse a cualquier cosa, que es exactamente lo que se necesita cuando se trabaja con David. Ambos hacen las cosas espontáneas, inmediatas y divertidas". Palabras de un De Niro que ve, al igual que hizo Lenny Kravitz años atrás y según sus palabras, "a la nueva Meryl Streep. J-Law es la joven Meryl Streep". En camino está de convertirse en algo más cercano a la leyenda de Katherine Hepburn, en el emblema de la actriz contemporánea absoluta.

Entre sus proyectos futuros, la actriz se encuentra trabajando en la nueva entrega de X-Men, Apocalypse, en Passengers, drama dirigido por Morten Tyldum en el que compartirá protagonismo con Chris Pratt y en tres películas para 2017; It's What I Do, con Steven Spielberg, The Dive, con Francis Lawrence y el último proyecto de Darren Aronofsky, cuyo título aún se desconoce.

25 años, once de carrera, numerosos premios, el beneplácito de la industria y con uno de los mejores registros interpretativos de la actualidad, el trabajo de Lawrence puede desembocar, sin exagerar lo más mínimo, en una de las mejores actrices de la historia del cine.

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