Crítica de 'El libro de la selva': Coge lo esencial y olvídate de la preocupación
Cartel promocional de 'El libro de la selva' (Foto: Disney)

Cómo es posible hacer lo mismo que ya se ha hecho y conseguir innovar manteniendo la esencia y mostrando aquello que todos conocen ya. 

Ese es el reto que se plantea la nueva adaptación de 'El libro de la selva'. Para lograr atraer al público se han valido de una gran aportación, narrar el mismo cuento pero en acción real. Ya no es una película de animación, ahora los animales son animales reales y Mowgli es un pequeño aventurero de carne y hueso. Con esta decisión el primer efecto que se consigue es la identificación del espectador con la película y una cercanía que te puede hacer pasar por alto las partes más flojas de la película.

Porque sí, tiene partes flojas. Una de ellas es sorprendentemente una de las escenas que mejor pinta tenían. Cuando Mowgli es llevado ante el rey mono y la posterior huida. Tenían todos los elementos para llevar a cabo la mejor parte de la película, pero esto hace que la caída sea aún mayor. Deberían haber alargado más la canción para que encajar mejor en la escena y nadie se hubiera quejado si el gran rey mono hubiera mostrado una parte algo más oscura, más maldad. 

Visualmente es un disfrute continuo, independientemente de la calidad del largometraje, a uno le atrae lo que ve. Cabe destacar las escenas rápidas en las que el espectador

podrá viajar con Mowgli, los lobos y los monos a través de la jungla. Estos ingredientes hacen que la película sea de las más idóneas que se han estrenado últimamente para ser vistas en 3D. 

El formato de la película está milimétricamente diseñado para dar a todos los públicos razones de sobra para gastarse el dinero en ver la película en el cine. Aquellos que a su corta edad crecieron viendo la película en su versión animada podrán rememorar viejos recuerdos y los más jovencitos pasarán un rato agradable gracias mayormente a la abundante presencia animal y a que la película no se les hará demasiado larga.

El tema de la duración es otro punto donde la precisión se hace más necesaria que en otras películas ya que en ciertos momentos del final da la impresión de que si la película durara diez minutos más llegaría a ser pesada. Sin embargo, saben espantar con solvencia estos fantasmas y saben acabar cuando toca. 

Lo mejor: Alegría. No es una película cuyo análisis la sitúe entre las grandes de todos los tiempos, pero su gran funcionamiento en taquilla está más que justificado por las grandes sensaciones que aporta. Consigue sacarte una ligera sonrisa sin utilizar chistes baratos, simplemente te gusta lo que ves.

Lo peor: Oportunidad perdida. Sabían lo que hacer para tener éxito y eso hicieron, todo correcto. Sin embargo, se echa en falta ese toque de riesgo en algunas decisiones sobre la película. La última escena es demasiado plana y no te aporta ninguna sorpresa o detalle a destacar. Tampoco hubiera estado de más ahondar un poco más en el debate sobre la personalidad animal-humana e Mowgli y haber profundizado especialmente en los temas morales.

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