Emmanuel Macron confirma su candidatura a la presidencia de Francia
Emmanuel Macron entrando en el Elíseo durante su etapa como ministro. Foto de zimbio.com/AFP

Francia ya conoce a un aspirante más a la Presidencia del país en 2017. Su nombre: Emmanuel Macron. No ha sido para nada una sorpresa. Era un secreto a voces su intención de presentarse. Esta mañana, en una rueda de prensa en Bobigny, ha confirmado todas las insinuaciones. 

La trayectoria de Macron es, desde luego, meteórica. Sin haber cumplido aún los cuarenta años, ya tiene en su haber dos años de experiencia como ministro de Economía. Llegó a este puesto en 2014, tras varios años asesorando a Hollande. No en vano, su cartera ministerial le llegó siendo secretario general adjunto de la Presidencia. Antes, había sido varios años miembro de la banca Rotschild.

"La izquierda ya ha perdido"

La comparecencia del ex-ministro ha levantado muchas ampollas a buen seguro en las filas del PS. Pese a haber servido al gobierno de Hollande, en más de una ocasión ha declarado no ser socialista. Precisamente, sus roces con sus superiores provocaron su dimisión en agosto de 2016. Para entonces, ya había formado su propio movimiento político, En Marche. 

En agosto, tras su salida, Manuel Valls, Primer Ministro, realizó unas duras acusaciones contra Macron, de quien dijo no tener posibilidad alguna para ganar las elecciones. Además, añadió que robaría votos al PS y provocaría la eliminación de la izquierda. Hoy, el joven político ha dado una respuesta a su rival. "No voy a ser yo el que haga perder a la izquierda. Según los sondeos, ya ha perdido", ha declarado. Además ha añadido que respeta a Hollande y que su candidatura no se posiciona contra nadie, sino que simplemente busca llevar un proyecto al poder. Hoy mismo, Valls le ha respondido alegando que "para gobernar hace falta una experiencia que concede el tiempo".

¿Un discurso populista?

Macron ha sido acusado de populista desde ciertas partes del espectro político francés. Su discurso de hoy ha vuelto a seguir un camino que, a buen seguro, hará que las críticas en este sentido no se detengan. Citas como "mi objetivo no es unir la derecha o unir la izquiera, sino a los franceses" o "el sistema ha dejado de proteger a quien debía de proteger" reforzarán esta opinión desde muchos frentes. Para él, "la organización política vive para ella misma, más preocupada por su supervivencia que por el bien del país".

Macron nunca parece haber dejado indiferente a nadie. Sus políticas económicas liberales (intentó suavizar las restricciones a la apertura de comercios en domingo o el acceso a algunas profesiones) fueron duramente criticadas desde la izquierda y no gustaron ni a los sindicatos ni a muchos miembros del Partido Socialista. Su figura parece atraer tanto en la izquierda como en la derecha.

De momento, su popularidad está por encima de las de sus dos ex-jefes. Aunque está lejos de liderar las encuestas, parece tener opciones de competir, al menos, entrar en la segunda vuelta. No obstante, puede ser lastrado por el gran número de candidatos que quieren luchar por la presidencia en la izquierda.

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