Las desconocidas guerrilleras vietnamitas
Mujer Guerrillera con fusil M16 americano, Fuente: Wikicommons.

"Cuando el enemigo entra en casa, incluso las mujeres deben luchar". Nguyen Thi Hoa define de este modo la causa de su lucha junto con las milicias sureñas que conformaban el Vietcong. Las mujeres vietnamitas siempre han demostrado una gran resolución a la hora de combatir a todos los enemigos de su país. Con la invasión de China se debe estudiar el caso de las hermanas Trung, que lideraron la resistencia con un ejército de 80.000 personas. Quizá esto fue posible puesto que la herencia familiar pasaba a la línea femenina y no masculina, por lo que las  mujeres podían tomar puestos de responsabilidad en los gobiernos.

Estas vietnamitas decidieron tomar las armas para combatir al invasor americano, abarcando tareas como el espionaje, la enfermería y el combate directo al estilo de Guerrilla. Este estilo de Guerrilla o mejor formulado “Guerra de Guerrillas” se basa en tender emboscadas al enemigo aprovechándose del conocimiento del terreno local. El ejército de mujeres que combatían por la liberación de Vietnam del Sur era conocido como “El ejército del pelo largo”. La principal dirigente de este ejército fue Madame Nguyen Thi Dinh, Oficial de alto rango del Frente Nacional de Liberación de Vietnam o Vietcong. Esta general organizó la ofensiva sobre la región de Bến Tre. En ella participaron tanto hombres como mujeres. Estas últimas eran veteranas de la Guerra de Independencia frente a las fuerzas francesas.

Guerrilleras manipulando una bomba, Fuente: Wikicomons
Guerrilleras manipulando una bomba, Fuente: Wikicomons

Las tácticas más empleadas por estas mujeres eran muy variadas: al principio de la Guerra, usaban vestimentas de vendedoras ambulantes (trabajo típico entre las mujeres vietnamitas) que portaban un palo con las mercancías en los extremos y un cuchillo oculto en el extremo. Cuando los militares enemigos se acercaban, ellas usaban esta lanza casera para acabar por sorpresa con tropas armadas con fusiles. Con este método se perpetraron emboscadas como el ataque de Truong Thi Tam. Durante las marchas contra el régimen dictatorial de Vietnam del sur usaban sus pañuelos para mandarse señas entre ellas. Si lo llevaban en la cabeza era señal de no haber peligro; si se lo ponían sobre los hombros era señal de posible peligro y si no lo llevaban era señal de peligro inminente.

A partir de 1965, con el envío masivo de tropas americanas, el alistamiento de mujeres al ejército aumentó, llegando a disponer de un 40% de oficiales mujeres del Vietcong. No solían combatir más allá de sus regiones natales, pues al ser voluntarias no cobraban nada y necesitaban cultivar los campos y reconstruir los edificios destruidos, por lo que no podían alejarse del hogar. También dedicaban su tiempo a construir trampas y túneles por los que atacar al enemigo. Ya no usaban palos ni disfraces, usaban granadas y AK47 para repeler al marine americano. Son remarcables las acciones de un escuadrón de mujeres en la Ofensiva del Tet. Esta ofensiva buscó ocupar la embajada americana en Saigón y la comandante Le Thi Rieng, al mando de su escuadrón femenino denominado “Río de los perfumes”, fue quién tomó la embajada y situó la bandera del Vietcong en su tejado.

Guerrillera con un bazooka, Fuente: Wikicomons
Guerrillera con un bazooka, Fuente: Wikicomons

La situación de represión y exclusión de las mujeres del sur hace que sea más común ver a estas peleando contra su gobierno y los extranjeros. La participación de las guerrilleras del sur fue a tiempo completo ya que la mayor mortalidad fue en este país, con  cientos de miles de hombres muertos fueron las mujeres quienes tomaron el relevo en todos los sentidos. Llegaron a participar en la toma de la capital Saigón, destacando el escuadrón C3, solo de mujeres. En este escuadrón encontramos a Vo Thi Mo, famosa guerrillera muy condecorada por sus acciones militares.

Guerrillera con Ak-47, Fuente: Wikicomons
Guerrillera con Ak-47, Fuente: Wikicomons

Gracias a la guerra lograron hacerse un hueco en la sociedad, pero a un alto coste, pues mientras desempeñaban estas tareas, dejaron a sus hijos en guarderías. Estas fueron asaltadas por los americanos y “rescataron” a esos niños “huérfanos” para llevárselos a EEUU en una operación denominada Babylift. De este modo, muchas guerrilleras no pudieron celebrar su victoria pues sus hijos fueron robados por el invasor. Sumado a esto, sufrieron terribles consecuencias de los bombardeos químicos de EEUU con el temido “Agente naranja” y el “Napalm” que arrasaban las vegetaciones y provocaban mutaciones en los futuros nacimientos en la región sur.

Sobre las mujeres del norte definir su papel con este eslogan: “Que las mujeres del Norte derramen más sudor para que sus hermanas del Sur derramen menos sangre“. Es decir, es menor su apoyo en forma militar pero su aportación productiva sobre todo de arroz (principal alimento de todo el país) dependía completamente de las mujeres del Norte. Otras emplearon la prostitución, muy común en aquellos años, para poder sonsacar información esencial a los oficiales enemigos que inmediatamente era enviada a sus hermanas militares. La conciencia colectiva y de apoyo entre mujeres del norte y del sur logró que la maquinaria del ejército vietnamita pudiera funcionar contra EEUU.

Mujeres vietnamitas del norte pescando, Fuente Wikicomons
Mujeres vietnamitas del norte pescando, Fuente Wikicomons

La historia de estas mujeres se puede ver en los museos de Bến Tre y sobre todo en el de Hanói, donde se guarda el recuerdo de todas estas mujeres que fueron elogiadas por el mismísimo Hồ Chí Minh, presidente de Vietnam del Norte y principal artífice de la derrota de EEUU. El recuerdo de estas guerreras  puede que no haya perdurado en la actual sociedad, pero su legado sigue vivo entre aquellos que hoy pueblan las tierras vietnamitas que ellas trabajaron y defendieron a coste de sus vidas y salud.

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