Crítica de 'La quietud'
Foto: filmaffinity.com

Después de la interesante propuesta que supuso El clan (2015), Pablo Trapero se atreve con una propuesta arriesgada, un drama con la familia en primer plano protagonizado por Bérénice Bejo, Martina Gusman y Edgar Ramírez.

La Quietud cuenta la historia de dos hermanas que se reencuentran después de pasar mucho tiempo separadas. Una regresa por el delicado estado de salud de su padre, mientras que la otra pretende hacer como si nada hubiera cambiado. Junto a la madre, las tres se verán obligadas a reconstruir el pasado y a enfrentar los desafíos que aparecen en el presente.

La quietud mezcla el melodrama trágico y clásico con el folletín desenfadado. Su resultado es bastante correcto e incluso divertido, aunque el tema central de la película no lo es en absoluto. Este drama familiar destaca por la interpretación y entrega de tres actrices que lo dan todo: Bérénice Bejo, Martina Gusman y Graciela Borges.

En la última cinta de Trapero, el director argentino sabe dividir su peso narrativo en dos actos: el primero es más contenida, pausada y calmada, mientras que en el segundo se suelta la melena y se desata, siendo muy pasional y albergando una gran cantidad de sentimientos.

La quietud es un drama perfectamente elaborado con muchas capas y que logra ser bastante entretenido, con un registro emocional de las hermanas muy interesante. Sin embargo, esta mezcla de la que hablamos en el párrafo anterior puede pasarle factura, y es que sus contrastes pueden ocasionar que se acabe produciendo un batiburrillo de tonos y al final no tendrás claro qué sentir con lo que ha estado pasando en la pantalla en las casi dos horas de metraje.

 

Valoración: 3/5

Lo mejor: El duelo actoral entre Bérénice Bejo y Martina Gusman

Lo peor: Que los cambios de tono de la película puedan resultar confusos

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