'Diana': cine independiente como crítica a un sistema de poder
Fuente: malagahoy.es

Siempre hay tiempo para ver buen cine. Y de vez en cuando se tiene la suerte de ver cine independiente.

Es en este género donde se puede llegar a pensar eso de: "las apariencias engañan" o "no todo es lo que parece".

En una buena película de cine independiente no tiene por qué contarse una historia compleja o fuera de lo común. Incluso es buena señal el hecho de narrar historias ya conocidas pero desde una perspectiva diferente.

El "cine indie" tiene la virtud de utilizar un lenguaje cinematográfico al que no siempre el espectador está acostumbrado. Es de la manera en la que se aprovechan los recursos y las técnicas del séptimo arte lo que hace que una película merezca la pena o no.

El propio Alejo Moreno (La vida a 5 nudos) ha clasificado su ópera prima como "una expresión personal y artística libre".

'Diana' es inquietante, íntima y cautivadora. Narra la historia de Jano (Jorge Durán); un joven empresario de éxito, quien solicita a una lujosa empresa de prostitutas los servicios de Sofía, interpretada por Ana Rujas. El encuentro tendrá lugar en el apartamento de ella, y será aquí donde empezará un pertubador y peligroso juego de apariencias y de identidades misteriosas.

Es a partir de que Jano descubra el tatuaje en la pierna de Sofía cuando comience un incómodo y erótico interrogatorio con tal de averiguar quién es Diana.

En el Festival de Málaga del año pasado, el público pudo ver en las calles carteles como el que se muestra arriba reflejando el carácter provocador y crítico que tiene el filme.

En palabras del mismo director, Diana es "un grito artístico contra los abusos del poder, que ha terminado adoptando la forma de thriller".

Teniendo como contexto la crisis española, la película aborda temas vigentes actualmente como el temor a perder puestos de trabajo, la obsesión por el éxito y el dinero así como las dobles identidades que prosperan gracias a Internet.

La clave está en tratar estas preocupaciones y temas que se viven a diario teniendo presente solo hay una norma: la provocación y el erotismo, acompañado del thriller psicológico.

Sin ser una obra maestra pero sin quitarle mérito, el hecho de que este tipo de películas encuentren hueco en las salas de cine, nos da pistas de cómo el público evoluciona, crece y acoge a los nuevos talentos que surgen.

Gracias a filmes como Diana, cada vez se es más consciente del talento que guarda el cine español, concretamente el andaluz. Y que poco a poco se va abriendo camino entre superproducciones y rechazos de empresas financieras. La pregunta es, ¿es suficiente hasta día de hoy?

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