Un recorrido por la vida del polémico Balthus
Thérèse soñando (1938), Balthus. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

De origen polaco, Balthasar Klossowsky de Rola vivió la mayor parte de su vida en Francia y se nutrió del mundo artístico parisino desde su nacimiento en 1908. El Museo Nacional Thyssen, ubicado en el madrileño Paseo del Prado, ofrece 47 obras esenciales que abarcan toda su carrera. Coproducida con la Fundación Beyeler de Basilea (Suiza), donde se ha exhibido hasta el mes de enero de este año, y patrocinada por la Comunidad de Madrid.

La exposición se inauguró bajo una polémica que ha recorrido toda su vida y que se materializó 2017. Once mil firmas pidieron la retirada de Thérèse soñando del Metropolitan Museum of Art de Nueva York por el erotismo sugerente de sus lolitas. Este pasado 17 de febrero, Setsuko Ideta, viuda del pintor, visitaba la exposición y reconducía la mirada del público: "Hay que hablar de arte y no prestar atención a ese tipo de comentarios. Me temo que el erotismo y el deseo preocupan de manera enfermiza en algunas comunidades."

Setsuko Ideta, viuda de Balthus, en la muestra del Thyssen. Foto: Álvaro García, El País.
Setsuko Ideta, viuda de Balthus, en la muestra del Thyssen. Foto: Álvaro García, El País.

Las salas del Thyssen se han dispuesto para centrar la mirada en cada cuadro de forma independiente. La iluminación cenital destaca la luz de las pinturas y la colocación es cronológica, idea del comisario López-Manzanares. Durante las ocho salas se puede observar la evolución y la consolidación de su estilo, que ya en la sala cinco con La partida de naipes (1948-50) parece que está más que claro.

Balthus plasma sus obras de forma figurativa, con tonos cálidos y con una pincelada definida. Pinta bodegones y paisajes, aunque destaca por su pintura de interior, los retratos de mujeres y niñas, tendentes al costumbrismo. No es un artista de vanguardias, ya que siempre fue a contracorriente, bebió del orientalismo y el arte popular, pero se mantuvo en su línea.

Grandes maestros para un artista completo

Con once años, su madre consiguió publicar sus dibujos a su gato, la influencia de todos lo que pasaban por su casa se hacía notar, desde el pintor Maurice Denis al poeta Rilke. Vivió tres años en Berlín y acabó estudiando el renacimiento en un viaje a Italia en 1926.

Con veinte años comenzó a retratar a sus amigos y ya en 1933 parece que su estilo se consolidó con obras como La calle. Contornos muy marcados y colores planos, un continuismo posimpresionista. Desde su amistad con Giacometti se comienza a relacionar con el grupo surrealista parisino, inaugurando su primera exposición individual en 1934 en la galería Pierre. Sus cuadros tienen un contenido erótico que le costó en su momento un escándalo, y en la actualidad cierta ambigüedad.

La calle (1933), Balthus. The Museum of Modern Art.
La calle (1933), Balthus. The Museum of Modern Art.

En 1938 expone por primera vez en Nueva York, en la galería Pierre Matisse. A este periodo corresponden sus obras más conocidas, como el retrato de Joan Miró y su hija Dolores y Thérèse soñando. A partir de los cuarenta se introduce de lleno en el mundo del arte, se relaciona con grandes poetas como Malraux y Paul Eluard, asimismo, realiza los decorados de diversas obras teatrales de moda, como la obra L’État de siège, de Albert Camus.

Tras consolidarse con su obra El Cuarto (1952), Balthus gana gran prestigio y se convierte en el presidente de la Academia francesa en Roma, por lo que se traslada allí. En los noventa se convierte en el único artista vivo con obras en el Louvre, no obstante, su vida es bastante desconocida hasta la llegada del documental Balthus de l'autre côté du miroir en 1996. Su legado es intachable, al igual que su estilo, que fue singular hasta su muerte en 2001.   

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